Juan López Cordero, coronel retirado de la Fuerza Aérea Venezolana, visitó ayer la sede de EL IMPULSO, para asistir a un desayuno foro en compañía del director del diario, arquitecto Juan Manuel Carmona, y los jefes de Redacción e Información, José Ángel Ocanto y Violeta Vilar Liste, respectivamente, con quienes habló sobre su vida militar y su papel en el surgimiento del Presidente de la República, Hugo Chávez, cuando éste optó por la vía democrática para llegar al poder, por primera vez, hace ya más de 14 años.
Según Cordero, él mismo le habría sugerido esta idea al líder chavista poco después de conocerlo en 1996, pero su actitud tras llegar a la presidencia en 1998, lo decepcionó.
-¿Cómo fueron los primeros años de su vida?
-Nací en Barbacoa, en el estado Lara, en 1938. Soy el cuarto de nueve hermanos. A raíz de un brote de sarampión que sufrí cuando tenía un año, nos mudamos todos a Carora, donde mi padre, que era comerciante, abrió una tienda llamada La Primavera. Al cumplir los siete años, nos trasladamos a Barquisimeto donde mi padre abrió un gran almacén. Cursé toda la primaria en la escuela Gil Fortoul. Estudié bachillerato en los liceos Lisandro Alvarado y Miguel José Sanz, a donde llegaron varios oficiales de la aviación y el ejército a captar candidatos para las escuelas militares. De allí partí a la Escuela de Aviación Militar en Maracay en 1955”.
-¿En esa época se adoctrinaba a las Fuerzas Armadas?
-Jamás. En toda mi vida militar, ni siquiera con los presidentes del periodo democrático, llegué a ver que se hablara de partidos o ideologías políticas en absoluto.
-¿Cómo fue su formación de aviador?
-A los 17 años piloteé mi primer aeronave solo. Ahora, el oficial cursa la escuela y después de graduarse es que lo dejan volar solo. A mi temprana edad ya estaba al timón de una nave de combate modelo AT-6, avión poderoso que brindó un gran servicio a las FAV durante muchos años.
-¿Eran muy exigentes los requisitos para ingresar a la aviación? –En particular con aspectos físicos como la vista y los reflejos. Quienes no ingresaban a la aviación podían ir a la marina o al ejército. Al graduarme, me permitieron elegir entre ser piloto de combate, bombardeo, reconocimiento o transporte, y elegí la última, tras leer que me permitiría volar a otros países”.
-¿Qué anécdotas guarda de aquella época?
-Me llevé un gran susto en un avión C-123, trasladando a un equipo de baloncesto femenino entre Maracay, Mérida, Maracaibo, Coro y nuevamente a Maracay. En el trayecto nos encontramos con el ciclón Dora, me quedé sin instrumentos a bordo y no fue posible aterrizar donde me indicaban los controladores, así que levanté de nuevo el avión, me costó muchísimo, pero gracias a San Judas Tadeo y los rezos de mi mujer, logré ascender a 12 mil pies para pasar la Cordillera de la Costa y buscar el mar.
Maiquetía estaba cerrado y también Puerto Cabello, y decidí amarizar lo más cerca posible a la costa.
Iban conmigo seis suboficiales además de las muchachas. Ya preparaban el bote salvavidas para acuatizar, cuando de repente vimos el faro de Maiquetía y supimos que sí podíamos aterrizar. Justo cuando las ruedas tocaron tierra, se apagó el motor por falta de combustible.
-¿Qué cambios hubo en la FAN tras la caída de Marcos Pérez Jiménez y cómo se compara con el ámbito militar actual?
-Ha sido asombrosa la pérdida de disciplina en las Fuerzas Armadas. Más aun con las medidas del actual Presidente de la República, quien ha nombrado a tropas completas de oficiales, ascendiéndolos a tenientes y subtenientes, entre otros rangos. Ahora, en Barquisimeto hay como 400 coroneles, cuando antes sólo había cinco. Incluso a los que pasaron a retiro hace 30 años, les han otorgado ascensos.
-¿Cómo se produjo su acercamiento a Chávez y al MBR200? –Yo me retiré en 1989, tras 30 años de servicio. En 1996 estaba en Caracas y me encontré, por casualidad, a William Izarra, teniente retirado de la FAV, y a Hugo Chávez, quien sostuvo una conversación conmigo en la que insistía en llegar al poder con un levantamiento militar e insurrección popular. Por supuesto, el teórico de esta idea era Izarra. Yo seguí viéndome con Chávez y un día le dije que podía llegar al poder por la vía electoral.
“Chávez me invitó a una reunión en Valencia con el MBR200. No sabía nada sobre ese movimiento. En ese encuentro, el propio Chávez, planteó la posibilidad de ir al poder por la vía democrática y que yo pondría mi casa a la orden, para empezar a hacer las reuniones, a donde Luis Reyes Reyes y Henri Falcón llevarían a los invitados desde la plaza Bolívar de Barquisimeto. También se tomó la decisión de fundar un partido.
En esas reuniones vi cómo era el carácter de Chávez, autoritario en todo momento.
-¿Cuándo comenzó realmente su desencanto con Chávez?
-Tras el deslave en el estado Vargas, uno de sus ministros, de apellido Salazar coordinó el envío de ayuda desde Estados Unidos. Sin embargo, el navío fue rechazado y regresado en plena alta mar. Entonces yo di la cara en los medios para decir que esa acción era una traición a la patria.
Además, el entonces director de la Disip, Urdaneta Hernández; quien había acompañado a Chávez durante el alzamiento del 4 de febrero, le llegó seis meses después de asumir el puesto, 1998; con 42 expedientes de corrupción dentro de la administración pública, pero el Presidente le dijo que eso era atentar contra el proceso. El director de la Disip le respondió que eso era atentar contra la patria y entregó su cargo.
Desde entonces me decepcioné completamente de Chávez y he sido su eterno opositor. Por esa razón, fundé la Asamblea de Ciudadanos y desde hace más de 12 años vengo advirtiendo que Chávez es un gran peligro para el país, porque es un individuo autoritario que sólo desea imponer su dominio en todo”.
