“Es necesario respetar la vida “desde la concepción hasta su fin natural”, es un don sagrado del que nadie puede apropiarse, tenemos que combatir la “cultura de la muerte”, aquella que atenta contra la vida y especialmente contra la que comienza a nacer, en nombre de los derechos de la libertad individual.”
San Juan Pablo II.
Pudiera pasar que mis lectores de siempre, encuentren raro el tema que estoy abordando el día de hoy, pero es que me siento demasiado preocupado y triste, por el silencio de la gente que esta en contra del aborto, en cualquiera de las etapas de la fecundación.
Tenemos que tener claro, que independientemente de nuestras creencias religiosas, desde el momento que un espermatozoide penetra el óvulo ya existe vida.
Entonces, no es que resulta ser un problema de conciencia o de religión, resulta que un aborto es un asesinato y como tal debe ser tratado.
Entiendo que se deben de respetar las libertades individuales, pero cuando se concibe un ser, por cualquier razón, su libertad individual está siendo atropellada al abortar dicho ser.
Como él no puede defenderse, entonces lo eliminamos y ya.
Es un burdo asesinato el que se comete al abortar un ser que esta comenzando a vivir.
“Son bien conocidas las amenazas que surgen contra la vida, especialmente contra aquella naciente”, señalo en una ocasión San Juan Pablo II, quien destacó “la preocupante difusión de una cultura de la muerte, que lleva a grandes sectores de la opinión pública a justificar algunos delitos contra la vida en nombre de los derechos de la libertad individual”. Sobre este supuesto, continuó, esta cultura “pretende (obtener) la legitimación por parte del Estado”
San Juan Pablo II ha indicado en numerosas ocasiones la necesidad de respetar la vida “desde la concepción hasta su fin natural”, ya que la considera un don sagrado del que nadie puede apropiarse.
No somos dueños de la vida que comienza para abortarla y salir de ella, por las circunstancia que sean y tampoco por la vida nuestra. En ambos casos estamos aprobando el asesinato de un ser.
Encontramos ejemplos de personas famosas que estuvieron a punto de que sus madres los abortaran, como Cristiano Ronaldo, San Juan Pablo II, Andrea Bocelli, Roberto Gómez B (Chespirito), Celine Dion, etc.
Ninguna pandemia produce entre 50 y 60 millones de muertes de inocentes, al año, en el mundo como produce el aborto.
Sin embargo, la sociedad se ha acostumbrado a eso, hasta el punto de considerarlo ya un derecho.
Es una evidencia científica que la vida comienza en el momento de la fecundación. El nuevo ser es ya vida humana y, por ello, persona. El aborto es, por tanto, un crimen gravísimo contra el ser humano más
indefenso. Pretender que el aborto sea un derecho de la mujer es algo monstruoso.
No existe un derecho de la mujer al aborto porque el hijo no forma parte de su cuerpo sino que es un ser humano con identidad propia (aunque esté alojado en el útero). Los hijos no son propiedad de los padres.
Por favor, no tengamos miedo de comprometernos totalmente en la defensa de la vida.
Definitivamente, el argumento de “No es persona“ se ha utilizado en toda clase de persecuciones humanas, como la esclavitud, el genocidio, el holocausto y ahora el aborto.
Italo Olivo
www.iolivo.com
