La semana pasada, uno de los invitados del foro Lectura de la obra foto-cinematográfica de Amábilis Cordero, auspiciado por la Fototeca de Barquisimeto, fue Gilberto Agüero Gómez, quien durante una entrevista concedida a este rotativo, adelantó que se encontraba preparando un guión para una película que será dirigida por Chalbaud,próximamente.
Con la promesa de contarnos más, el reconocido dramaturgo nos recibió en su casa, donde además de hablarnos sobre Besos callejeros y Malandro, nos hizo una retrospectiva de sus 50 años de carrera en el cine y el teatro, oficios que ha sabido conjugar con las artes plásticas y la escritura.
El reloj marcaba las 10:30 de la mañana cuando el egresado del Lisandro Alvarado, salió de su morada, ubicada en el corazón de la ciudad, para atender al equipo reporteril de esta casa editorial.
El encuentro, cargado de anécdotas, representó una aventura de principio a fin. Al mismo tiempo, con afabilidad incuestionable, el artista recordó su travesía por El Nuevo Grupo, sus experiencias con Isaac Chocrón, José Ignacio Cabrujas y Román Chalbaud, la Santísima Trinidad, concluyendo de esa suerte de amistades que “a las películas hay que tejerlas como está tejida la vida, por todos lados”.
Este maestro normalista, educador en Turén, estado Portuguesa y de La Salle, en Caracas, poseedor de notables destrezas para las artes escénicas, comenzó a estudiar Derecho en la Universidad Central de Venezuela; no obstante, al ver que esta disciplina no era su fuerte se inscribió en una escuela de cine, la cual, a su juicio, no era la mejor. Sin embargo, ese breve paso por la academia le valió importantes amistades, con las que se atrevió a filmar sus primeras producciones.
Aunque prefiere el cine, el primer reconocimiento se lo dio el teatro cuando ganó un concurso de guiones en la Universidad del Zulia, en el que compitió con experimentados dramaturgos. Desde entonces, Agüero ha cosechado a lo largo de cinco décadas, una propuesta literaria en torno a los problemas de una sociedad en conflicto, signada por la desigualdad, la exclusión y el abuso de poder.
Abrigado por este legado, en el silencio de su domicilio, de espalda a su galería de Espegiltos (collages con espejo), el intelectual abordó Besos callejeros.
-¿Cómo nace Besos callejeros?
-Esta iniciativa surge porque el año pasado le propuse a Chalbaud cerrar su trilogía de películas “burdeleras”. Las primeras son El pez que fuma y La gata borracha. ¿Te parece hacer una película sobre la canción Besos callejeros?, le pregunté. Él me pidió que le hiciera el argumento, una síntesis de al menos seis páginas en el que se cuenta la película completa.
Vale decir que en cuanto al nombre de la canción y uso de la misma, cursa una petición a mi nombre, dirigida a la Sociedad de Autores de México. Es una gran oportunidad ser el guionista de esa trilogía “burdelera” de Chalbaud.
-¿Qué nos puede adelantar al respecto?
-Voy a tratar la prostitución en forma histórica, desde el período gomecista hasta la actualidad. Sin embargo, el déficit de viviendas, es en sí la trama. Los hechos se suscitan a raíz de la huida que protagoniza una joven que llegó del campo a trabajar en una casa de familia. La muchacha es acusada por la dueña de ladrona, siendo recluida en “El Marinero”, centro de detención situado en otrora en la plaza La Mora de Barquisimeto. En este lugar detenían a todas aquellas mujeres sospechosas de prostitución y latrocinio. En el correccional una presa le dice a la chica que para poder salir de allí, debe entregársele al policía de mayor jerarquía. Al salir, la mujer comienza a practicar la prostitución en casa de las Palacios, reúne un dinero y se va a Caracas, llegando a la Calle de las bocas pintadas, donde un concejal sinvergüenza inaugura el bar Besos callejeros. Más tarde, la muchacha se enamora y tiene una niña que se cría en medio del comercio carnal velado. La pequeña se sumerge en este mundo con felicidad, sin la amargura y obligación padecida por su madre. Esta niña luego tiene un hijo que entrega en adopción a una familia pudiente. El muchacho se hace ingeniero de la Misión Vivienda y en una demolición encuentra una pared con el escrito Besos callejeros, allí se topará con un mensaje para él que da inicio al filme.
-¿Cuál es la reflexión?
-El amor. Esta es una historia de amores que van y vienen.
-¿Para cuándo es el proyecto?
-Para el próximo año.
Malandro
El otro guión que prepara Agüero dará vida a la película Malandro. Se conoció que este trabajo llegó a sus manos a través de Chalbaud y a solicitud del cineasta Luis Cerasa, autor del filme Al otro lado.
“Cerasa llamó a Chalbaud para decirle que está enamorado del relato Policías y familiares del libro Encuentros inesperados que pertenece a Román. En el cuento, Chalbaud relata la acción de una mujer que está vengándose de un hombre, a quien asesina en el acto amoroso”.
-¿Qué tiene previsto al respecto?
-El argumento ya está listo. Elaboraré el guión y Cerasa será el productor. Para este proyecto me inspiré en una balacera que hubo en un cementerio. Tengo entendido que la filmarán en Maturín.
-¿Se inspiró en un hecho real?
-Claro, todo lo de la vida real inspira. Las cosas saltan a la vista, sólo hay que querer ver. El mejor paisaje está dentro de uno.
Trayectoria
-Al graduarse de bachiller parte a la UCV a estudiar Derecho ¿por qué?
-Me fui a Caracas con ese propósito pero me di cuenta que no servía para eso. A veces uno comete la tontería de obviar lo evidente. Me anoté en una academia que en el pensum exponía a Chalbaud como docente. Él era mi ídolo. Lo cierto es que eso no ocurrió porque el instituto era pirata, sin embargo hice muy buenas amistadas. Siempre soñé hacer cine, pero en su defecto, no me quedó más remedio que hacer teatro. Luego, en la Universidad del Zulia, abrieron un concurso de guiones para teatro, resulta que gané el primer premio. La obra se llamó Ciclón sobre los barcos de papel. Fue un éxito. La montaron y reprodujeron el texto.
-¿Cómo llega hasta Chocrón, Chalbaud y Cabrujas?
-Al recibir ese premio me preocupé por buscar los datos del jurado para agradecerles el reconocimiento. Entre ellos estaba Chocrón, quien sin conocerme me invitó a trabajar en un proyecto. Inmediatamente me nombraron asistente de dirección de la siguiente obra. Fui asistente de dirección de Chocrón, Cabrujas, José Antonio Gutiérrez, Romeo Costea, entre otros, de cada uno aprendí bastante. Luego me dediqué al teatro infantil.
-¿Qué significó El Nuevo Grupo?
-Mi universidad. De Chalbaud aprendí a ser un profesional responsable y a tener una respuesta prudente a las emergencias. El caudaloso intelecto de Cabrujas arropaba a cualquiera. Chocrón era muy exigente.
-¿Cómo ve el futuro del teatro y el cine?
-El del cine se aprecia brillante. El teatro está estancado.
-¿De qué depende una buena película?
-De un buen guión. Un mal guión no hace una buena película. Un buen guión puede ser una mala película.
-¿Además del cine nacional que otro disfruta?
-El cine iraní. Me gusta ver las películas que no llegan al cine. Tengo reunidas 1.800 películas. Quien quiere hacer cine, debe ver muchas películas.
-¿Qué les recomienda a los nuevos cineastas?
-Que experimenten. A producir un cine sin trucos, de elevados costos. En las provincias hay muchas historias por contar. Los invito a contrastar realidades.
Fotos: Simón Alberto Orellana