El primer encuentro venezolano para la actualización del oído y sus enfermedades culminó con gran éxito en Barquisimeto, gracias a la calidad de los expositores, quienes a través de sus conferencias hablaron sobre las novedades en tratamientos, abordajes y tecnologías aplicadas al área de la otorrinolaringología (ORL).
Miriam Villavicencio, especialista en neurotología, habló sobre las lesiones por traumas acústicos en los oídos, debido a la hiperestimulación que desde la Revolución Industrial tiene este importante órgano.
“El oído debería percibir hasta 65 decibeles para no producir daños, pero estudios comprueban que en un concierto de rock pueden escucharse hasta 120 decibeles, en una discoteca 90, en una fábrica casi 100, de manera que la degeneración del caracol se hace presente”, señaló Villavicencio.
Un daño irreversible, cuya única recomendación para evitarlo es la prevención, sobre todo en el caso de los jóvenes, que andan con audífonos a todo volumen que con el tiempo, los dejará con una pérdida de audición importante.
“Vemos hasta padres que llevan sus niños en coches a las bodas, desde ese momento le están dañando la audición al bebé, cuando los adultos salimos sordos y mudos de estas fiestas. Debemos enfatizar que después de un trauma acústico no hay vuelta atrás”, dijo Miriam Villavicencio.
Estableció que este tipo de trastorno se encuentra tipificado como segunda causa de enfermedad laboral en Venezuela.
Por ello, recordó la necesidad de utilizar los implementos recomendados para la salud y seguridad laboral.
“En Venezuela no existe sonómetros como en otros países, que miden el ruido en calles, lugares y fábricas. Eso también sería de ayuda para evitar este tipo de traumas”, dijo la especialista.
Malformaciones en oídos
Ligia Acosta Boett, coordinadora de postgrado en el Hospital J.M. de Los Ríos, en Caracas, y miembro del Instituto de ORL, para el departamento de audiología y otoneurología, habló sobre las malformaciones en los oídos.
“Es un problema queangustia y causa ansiedad en los padres. Lo primero que le podemos decir es que no tienen la culpa, es un fenómeno que sucede en un parte del desarrollo embrionario y se debe solucionar a través de un equipo médico multidisciplinario, que debe empezar por el pediatra”, dijo.
Recalcó que es un problema benigno, para el cual se debe diagnosticar en primer lugar la funcionalidad de los oídos, porque la parte estética debe realizarse cuando el niño tenga el tamaño craneal adecuado para no perder la cirugía.
“Se le debe hacer un seguimiento urológico, porque se ha demostrado que cuando ocurre una malformación en el oído hay mayor probabilidad que el niño tenga problemas renales, puesto que ambos órganos se forman en el mismo momento de gestación”, explicó.
Las malformaciones pueden traer dificultad de aprendizaje, como también pérdida de autoestima en el niño, sin embargo, Acosta Boett recomendó que deben tratar a los niños sin ningún tipo de distinción.
“La prioridad es determinar los problemas auditivos que pudieran estar presentes en uno o los dos oídos, así como la severidad de los mismos”, reiteró.
Sobre la resolución estética mencionó que existen prótesis de oídos, como también está la posibilidad de la cirugía estética convencional, que supone mayor tiempo y número de intervenciones quirúrgicas.
Tecnología de punta
Bernard Neret, director de la compañía Metronic para toda el área de Latinoamérica, mencionó que el estado Lara es un campo ávido de las nuevas tecnologías, debido a que los médicos quieren actualizarse y ofrecerle lo más novedoso y menos riesgoso a sus pacientes.
“Siempre quieren invertir en mejorar sus prácticas, cirugías y consultorios”, señaló Neret.
Entre lo más novedoso nombró a los navegadores por imagen guiada, funcional para cirujanos, quienes a través de tomografías integradas pueden detectar dónde se encuentra la punta del instrumento al momento de la cirugía.
“Es como hace el GPS con las imágenes satelitales”, agregó.
Indicó que tanto este equipo como otras novedades traen grandes beneficios para el paciente del área de otorrinolaringología.
Fotos: Daniel Arrieta