“LOS GANADORES NUNCA SE RINDEN Y LOS PERDEDORES NUNCA GANAN”.
VICENT LOMBARDI (11-06-1913 / 03-09-1970).
Vincent Thomas Lombardi fue un entrenador de fútbol americano estadounidense de ascendencia italiana. Lombardi fue entrenador en jefe (Head Coach) de los Green Bay Packers de la NFL entre 1959 y 1967 y de los Washington Redskins por una temporada (1969). Fuente: Wikipedia.
En el juego de la vida, los venezolanos transitamos por uno que parece interminable. Un juego al cual se le han creado las condiciones más adversas jamás conocidas, pero como dicen los expertos en béisbol, el juego termina cuando se realiza el último out.
Es inexplicable la desastrosa situación por la cual atraviesa Venezuela, el país que otrora fue “El Paraíso Terrenal» para los seres humanos nacidos en el territorio nacional, donde teníamos la posibilidad de lograr un magnifico estándar de vida; adquirir una vivienda digna, un buen automóvil, los mejores alimentos y vestidos; educar a nuestros hijos en un sistema que fue ejemplo internacional, teníamos la posibilidad de educarnos en las mejores universidades del mundo y hasta becados, no podemos olvidar el sistema de becas “Gran Mariscal de Ayacucho” con el cual trajimos los mayores y mejores conocimientos desde las más reconocidas casas de estudios; país donde podíamos viajar, disfrutar de merecidas vacaciones; inigualable para migrantes de todas las regiones del globo terráqueo que llegaban al territorio catalogado como la “Tierra de Gracia”, donde eran recibidos con los brazos abiertos y consiguieron el cobijo de familiares, amigos, conocidos, desconocidos y en poco tiempo solucionaban las dificultades económicas y otros problemas que trajeron a cuestas; el terruño amado calificado por muchos como “El Edén del Mundo”.
“El Olimpo” para todos los seres vivos, catalogado así, por su clima de eterna primavera; exuberantes bellezas naturales: desiertos, montañas, nieves eternas, cálidas playas que son excepcionales; llanos, flora y fauna inigualables, tierras fértiles, agua en abundancia que la ha llevado a ser calificada, por las Naciones Unidas, como el séptimo reservorio de agua dulce del mundo; dotada por Dios con petróleo, oro bauxita, hierro, diamantes, Coltán y no se sabe de cuantos minerales estratégicos más y, como si fuera poco, el talento probo necesario formado en nuestras magnas casas de estudio, profesionales, técnicos y mano de obra especializada, que entre muchas otras cosas, llevaron a nuestra empresa de hidrocarburos a ser la primera en el mundo del oro negro, que vendía y aun regala sus productos a muchos países; la nación que fue líder en Latinoamérica, en producción de energía hidroeléctrica y vendía su excedente a países vecinos. Y todo esto podíamos disfrutarlo con una seguridad jurídica y personal raramente violadas. El espacio es limitado y faltaría mucho de él, para describir todas las bondades con las cuales dotó el Todopoderoso a la pequeña Venecia.
De Richard Bach, en su obra “El Manual del Mesías” aprendí:
“Tu personalidad crece cuando sigues tu profundo sentido de justicia… cuando confías en tus ideales sin tener la certeza de que funcionarán”.
Los venezolanos nos estamos forjando en el crisol donde se funden férreas experiencias recordando que el acero se logra sometiendo al hierro a grandes temperaturas.
Las personas que han aceptado la autoridad (a veces ejercida con abuso) para solucionar los problemas que destruyen al país deberían actuar con sensatez y aceptar las sugerencias, planes y proyectos presentados, y que han sido elaborados con la lógica y la razón necesarias para hacerlos realizables con la seguridad que solucionarían la grave crisis que sigue destruyendo al aparato productivo del país y por ende la calidad de vida y bienestar social de los ciudadanos.
Nuestra fortaleza basada en el “Estamento Legal vigente”, que incluye a los Tratados Internacionales suscritos por la Nación, constituyen el camino de la paz.
Maximiliano Pérez Apóstol