El acceso a nuevos conocimientos, sin limitaciones de tiempo y distancia, está al alcance de todos a través de la educación en línea que se ha convertido en una opción de aprendizaje cuyo relanzamiento a partir de la pandemia por la COVID-19 es, sin duda, una oportunidad para la formación profesional y ciudadana.
Así lo sostiene la coordinadora académica del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (CEPyG-UCAB), Yakeling Benarroche, al analizar esta modalidad de educación, que ha cobrado auge tras la implementación de prolongadas cuarentenas y el distanciamiento social, en Venezuela y el mundo.
Benarroche señaló que programadores han desarrollado diversas plataformas de aprendizaje, gratuitas y pagadas, cada vez más sencillas y asequibles, Zoom, Google Meets, Blue Jeans, entre otras, que conforman una atractiva oferta y despiertan el interés de la gente por la educación en línea. “Actualmente es posible dedicarle más tiempo a la lectura, a la reflexión y a la ejecución de tareas. Hay un incentivo para responder a las aspiraciones profesionales”.
La profesora explicó las diferencias entre presencialidad remota, educación virtual y educación en línea. En la primera, el aula se transporta a la computadora o cualquier otro dispositivo, es decir, si el alumno veía en su salón de clases, tres materias, de 7 a 11 de la mañana, lo seguirá haciendo, pero ahora detrás de una pantalla. En la segunda, los contenidos a impartir están pregrabados, entonces la persona decide cuándo estudia y realiza sus actividades evaluadas, no hay una conexión, en tiempo real, entre el alumno y el docente. Y la tercera, implica el manejo de la sincronía, el alumno tiene contacto directo con el profesor a través de videoconferencias y las plataformas de aprendizaje; y la asincronía, que permite que el estudiante realice sus asignaciones de acuerdo a su disponibilidad, respetando plazos de entrega.
Desde el «CEPyG-UCAB“
Explico que en el Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB aplican la educación en línea, “que es aquella en la que hay interacción docente-alumno y alumno-plataforma. La pandemia fue un evento sobrevenido que nos obligó a adoptar esta forma de aprendizaje; siempre habíamos trabajado con la presencialidad, dada la naturaleza de los programas que desarrollamos, de orden político, en los que la discusión, el diálogo, la dialéctica, la diatriba y el análisis, son permanentes y fundamentales”.
Benarroche afirmó que la emergencia sanitaria condujo al Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB a replantearse y a seguir estando vigente, y en ese sentido, desde junio de 2020, se empezaron a migrar varios programas a la plataforma de Aula Digital de la universidad. “Luego de nuestro Diplomado de Gobernabilidad, que se dictó completamente en línea y cerró el pasado 5 de marzo, nos dimos cuenta de que fue una muy buena experiencia, tuvimos un óptimo rendimiento académico y los participantes se relacionaron amistosamente, aun sin conocerse en persona”.
“Arrancar con nuestra oferta académica este año ha sido complicado porque habíamos planificado en función de la presencialidad, otra vez descartada. Retornamos de nuevo a la modalidad online y ahora, en abril, iniciamos dos programas: Diplomado de Análisis Político, en su cuarta edición, y el Diplomado de Relaciones Internacionales, Diplomacia y Protocolo, en su primera cohorte y en alianza con el Colegio de Internacionalista de Venezuela”.
Benarroche invitó a flexibilizar la resistencia frente a la educación en línea, una cultura todavía con poco arraigo en Venezuela. Precisó que hay dudas sobre un aprendizaje efectivo, y lo cierto es que sí se aprende, pero de una manera diferente, que además requiere responsabilidad y compromiso con uno mismo.