La sociedad civil tiene la responsabilidad de continuar construyendo un tejido organizado, para recuperar la democracia, propuso el rector de la UCAB, Francisco José Virtuoso, en el marco del foro “La sociedad civil responde a los desafíos de la Venezuela del 2021”, ratificando en su intervención que “la sociedad civil en Venezuela está vivita y coleando”.
“En Venezuela hay muchísima gente organizada intentando contribuir al bien común. Eso demuestra que en medio de tanta dificultad, de tanto problema, hay una esperanza profunda porque no nos resignamos, no estamos dispuestos a ver de lado las cosas o a esperar que pasen, sino que estamos dispuestos a actuar. Esa esperanza es la que queremos activar con este foro, porque necesitamos compartir cómo podemos fortalecer nuestros derechos y seguir avanzando”, mencionó Virtuoso en la presentación del encuentro.
La actividad, que fue moderada por la periodista María Fernanda Flores, conectó a más de 300 personas y reunió como ponentes, además del rector, al director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (CEPyG) de la UCAB, Benigno Alarcón; a la presidenta de la Asociación Venezolana de Servicios de Salud de Orientación Cristiana (AVESSOC), María José González; la directora del portal informativo Efecto Cocuyo, Luz Mely Reyes; el coordinador general de PROVEA, Rafael Uzcátegui, y la directora de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas.
La introducción estuvo a cargo de los comunicadores Luis Carlos Díaz y Naky Soto, quienes resumieron el contexto de amenazas y dificultades que ha caracterizado el inicio de este año y destacaron la importancia de que los ciudadanos no se paralicen ante ello.
Participación ciudadana contra el “Divide y vencerás”
Benigno Alarcón, señaló que en Venezuela se está consolidando el autoritarismo. Citó el Índice de Democracia elaborado por The Economist, según el cual el país pasó de ocupar el puesto 97 en el año 2013 al número 143 en el año 2020, lo que significa que la nación “está en los 50 países más autoritarios del mundo, incluso por encima de Rusia y Cuba”.
Para lograrlo, explicó que el régimen viene aplicando una estrategia de persecución, diálogo con algunos sectores y elecciones controladas, partiendo de la premisa “divide y vencerás”. Dijo que en 2020 el plan se basó en atacar a los partidos políticos y que el oficialismo repetirá la fórmula este año, pero con otros actores. “Este año la estrategia es básicamente la misma, solamente que se extiende a la sociedad civil… Allí vemos la persecución a las ONG humanitarias, los ataques a medios de comunicación, pero al mismo tiempo vemos que se impulsa una mesa de diálogo extendida a sectores como el de los empresarios, con el ánimo de dividir y consolidarse. A unos se les ofrece prisión y a otros se les ofrece cohabitación con algunos beneficios”.
Ante esta situación, Alarcón señaló que es imprescindible que la ciudadanía se active y participe. «No podemos esperar que alguien de afuera venga a resolver nuestros problemas. Nosotros debemos defender nuestros derechos”. Agregó que la unidad es importante, pero no suficiente. “Hace falta planificar, hace falta disciplina. Es fundamental la articulación entre organizaciones de la sociedad civil. Existen esfuerzos y es necesario que esos esfuerzos se encuentren. Pensar que haya una plataforma unitaria es utópico, porque la sociedad civil es muy diversa. Pero en esa sociedad civil es posible establecer alianzas entre quienes seguimos los mismos objetivos, para ‘sinergizar’ esfuerzos”.
Garantizar sobrevivencia y actuar con “diversidad estratégica”
El coordinador general de Provea, Rafael Uzcátegui, indicó que las ONG y movimientos sociales deben aprender de los “errores cometidos por la dirigencia política”, para evitar la fragmentación y desarticulación y vencer el “sentimiento de derrota que el gobierno quiere viralizar”.
Ante ello, el sociólogo señaló que es imprescindible actuar con unidad, pero aplicando la “diversidad estratégica”, a través de la cual cada organización entienda el rol que le corresponde y actúe desde su esfera de trabajo y sus propios objetivos.
Uzcátegui agregó que, durante este año, las organizaciones civiles tienen tres desafíos ante el contexto socioeconómico: garantizar su sobrevivencia, tratando de mantener la mayor cantidad de activistas dentro del país “para evitar la desaparición de ese tejido social que hace posible nuestro trabajo”; continuar el acompañamiento a los sectores vulnerables, la documentación de violaciones de los DDHH y el contacto con la comunidad internacional; y evaluar “la eficiencia de nuestros mecanismos de trabajo para garantizar que somos útiles”.
Fortalecer lo local y vencer el miedo
La presidenta de Avessoc y directora de Cáritas Los Teques, María José González, repasó el trabajo que vienen haciendo las organizaciones sociales de la Iglesia católica en todo el país. Indicó que gracias a esa labor se ha podido atender a millones de personas en materia de salud y nutrición, además de obtener cifras en el terreno para “sacar a la luz lo que está invisibilizado para muchos” respecto a la emergencia humanitaria.
Celebró la existencia de cientos de iniciativas sociales en las distintas regiones, pero insistió en que es necesario trabajar en la formación y acompañamiento de los líderes comunitarios, en función de una agenda que vaya más allá de la sobrevivencia. “Tenemos gente organizada en las regiones, pero a la que debemos proveer de información, ayudar a la reflexión. La sobrevivencia nos ha hecho perder la perspectiva, no hay posibilidad de reencontrarnos, de mirarnos, de soñar un país a futuro. El gobierno nos ha robado la oportunidad de mirar el futuro, porque estamos enfocados en resolver lo cotidiano, lo urgente. Como sociedad civil podemos soñarnos juntos y trabajar para que la democracia surja de las terribles cifras, para fortalecer lo que somos ciudadanos”.
Ante la arremetida del Ejecutivo, recalcó la importancia de que las organizaciones de la sociedad civil se mantengan unidas. “Jesús nos dijo: ‘No tengamos miedo’. Si allanan a uno, nos allanan a todos. Debemos estar unidos, solos somos más débiles y juntos podemos hacer muchas más cosas. Es el momento de estar unidos, de no tomarse la foto por separado, acompañando a los más pobres pero también mostrando que sí se puede llevar esperanza”.
Multiplicar voces de denuncia y documentarlas para hacer justicia
Como un ejemplo más de la intención del gobierno de “sembrar terror” en la sociedad civil e “intervenir el tejido social” calificó Luz Mely Reyes, directora del portal informativo Efecto Cocuyo, el acoso que vienen sufriendo los medios de comunicación independientes.
Durante su intervención, dijo que los ciudadanos deben enfilar las energías “hacia la generación de redes de trabajo y contención” para enfrentar el miedo. “No estamos pidiendo que todo el mundo salga y dé la cara, porque tenemos que garantizar que las organizaciones sigan funcionando y cumplan sus objetivos. Pero tenemos que recurrir a las redes de soporte cuando tengamos algo de temor”.
Trabajar por la reconstrucción democrática
La directora de Transparencia Venezuela, Mercedes De Freitas, coincidió en que uno de los grandes desafíos que tienen las organizaciones de la sociedad civil en 2021 es garantizar su existencia para seguir cumpliendo la misión con la que fueron constituidas, en medio de un contexto que incluye la pandemia de la Covid-19, la emergencia humanitaria, la corrupción y la persecución gubernamental.
En tal sentido señaló que el tejido ciudadano organizado también debe articular esfuerzos para la reconstrucción de la democracia, porque es la “única capaz de garantizar los derechos de todos, sobre todo de las poblaciones más vulnerables”. Propuso una serie de acciones, que incluyen el establecimiento de protocolos de protección de las organizaciones y sus equipos, el fortalecimiento de las capacidades de los integrantes, la generación de planes estratégicos, la distribución de tareas, responsabilidades y roles; el respeto de las diferencias y la conexión con el país.
A modo de conclusión, el rector de la UCAB, Francisco Virtuoso, insistió en la importancia de la unión de esfuerzos en pro de un objetivo superior a cualquier necesidad particular. “Nuestro trabajo tiene que ser síncrono y en una misma dirección. Eso supone mucho diálogo y capacidad de interacción entre nosotros, porque la sociedad civil debe seguir construyendo un tejido organizado para lograr la recuperación de la democracia”.