El pasado 3 de febrero, Nicolás Maduro asomó la posibilidad de que en Venezuela se retomen las clases presenciales: «Hay que volver a las clases presenciales con todas las medidas de seguridad; ha llegado el momento de combinar las clases, las teleclases, las clases indirectas y las clases directas con todas las medidas de seguridad«, acotó.
Sin embargo, en Venezuela pareciera que el único problema para retomar a las aulas de estudio no es la pandemia de la COVID-19, sino, la condición física de las instituciones públicas del país.
En un recorrido del equipo periodístico de Elimpulso.com por el Liceo Bolivariano Rafael Villavicencio, ubicado en el oeste de Barquisimeto, se pudo corroborar que dicha institución pública presenta una imagen bastante alarmante y preocupante.
Al momento de entrar, se evidencia que algo no está bien. Todas las áreas verdes están repletas de basura y el monte supera los 50 centímetros en las zonas por donde acostumbraban a caminar los estudiantes y los profesores.
Pero al llegar a las áreas cercanas a las aulas de clases, el problema se agudiza. Puertas destruidas, techos con filtraciones, baños sin ninguna condición mínima, paredes sucias y en algunas partes, al borde del colapso.
La sala múltiple de la institución no existe. Hace años, era reconocida como las mejores de la ciudad por el tabloncillo que tenía, pero ahora, solo vive en el recuerdo. Lo mismo sucede con el gimnasio del liceo, que pasó de ser de los más admirados de Barquisimeto para convertirse en un área deprimente y contaminada.
Aquellas aulas que acostumbraban a recibir a cientos de jóvenes para formarse, se convirtieron en espacios repletos de basura, desechos y sucio. Cabe destacar que las mesas y pupitres están apiladas y dañadas, también, es importante mencionar que no hay luminaria artificial, pues aparentemente todas fueron arrebatadas.
En síntesis, el L.B Rafael Villavicencio es reflejo de negligencia y delincuencia. Por ende, surge la incógnita de si esta institución pública está en condiciones mínimas para recibir nuevamente a los alumnos en clases presenciales.