Caminando bajo el inhóspito calor del centro de Barquisimeto la maestra Faisury Yépez, acompañada de su hijo, se dispone a regresar a su hogar tras no haber conseguido al técnico que repararía su teléfono inteligente; se ha quedado sin su primordial herramienta para enviar y recibir las tareas de sus alumnos, por lo que ahora tendrá una traba más para poder ejercer sus labores de docente vía internet.
Fallas por conexión, numerosos apagones eléctricos y carencia de equipos tecnológicos son los principales problemas que afectan a los educadores de Venezuela al intentar dar clases en línea, modalidad establecida tras la llegada de la pandemia del coronavirus.
El estado Lara no escapa de esa situación. Docentes, padres y representantes deben ingeniárselas para sacar adelante el año escolar.
Faisury Yépez, de quien hablamos anteriormente, estaba acompañada por su pequeño hijo y fue entrevistada por Elimpulso.com. Relató su vivencia y destacó que hay muchas cosas por mejorar para que la educación a distancia sea de calidad.
“Los docentes nos hemos incorporado a esta nueva metodología, pero no ha sido fácil porque no ayuda la señal de internet y algunos representantes no tienen cómo enviar las actividades escolares (…) Con respecto a los niños, esta situación no ha sido fácil, incluso los mismos representantes nos piden ideas de cómo abordarlos en casa porque a veces se niegan a hacer las tareas, y por eso hay que buscar las herramientas para que no se les haga tan difícil este proceso”, dijo Yépez.
Durante la charla, confesó que su teléfono inteligente estaba inoperativo y necesitaba ser reparado. “De hecho ando por acá porque mi teléfono no está funcionando, entonces debo pedir uno prestado para poder resolver cuando los representantes necesiten saber alguna información o asesoría, entonces vengo y quien lo repara no está trabajando”, relata la docente, quien además está consciente de que su salario no alcanzará para adquirir un nuevo teléfono sino que a duras penas cubrirá parte de la reparación.
Pese a los contratiempos, cree Yépez que esta modalidad continuará activa hasta después de la pandemia. “Yo digo que esto llegó para quedarse, porque cuando algún día todo mejore será una metodología que podremos implantar”.
¿Qué opinan padres y representantes?
Marisol Roa, madre de familia, coincide en la opinión de la docente: la señal de internet “debe mejorar”.
“Lo primero que se debe mejorar es la señal porque a veces no tenemos, mientras que otros no tienen computadoras o teléfonos inteligentes”, dijo Roa, quien en un mensaje a las autoridades pidió enfoque “en aquellos que, por esas razones, pierden clases”.
Al ser preguntada sobre su confianza en los estudios virtuales que recibe su hijo, expresó que ella es la primera interesa en que aprenda y cumpla con las asignaciones. “Me he enfocado en él para que aprenda y cumpla el contenido. Tengo interés porque él aprenda”, aseveró.
Estrategias ante los problemas de conectividad
El señor Rafael Méndez dijo a Elimpulso.com que ante las fallas de conexión en su comunidad, las madres coordinan encuentros presenciales con la maestra de los alumnos para ponerse al día con las evaluaciones.
“Por la casa las madres se reúnen con la maestra porque en la zona falla mucho el internet. La maestra da las directrices y las madres ayudan a los niños a hacer las tareas”.
Cuidado por la salud
Los 3 entrevistados mantuvieron firme que, peses a las vicisitudes que se presentan al ver clases en línea, respaldan la intención de mantenerlos en casa sin riesgo a que puedan contagiarse de la COVID-19 en un salón de clases. Esperan con ansias por una vacuna que sirva para, progresivamente, regresar a la normalidad.