En la zona norte del municipio Iribarren, así como en Crespo, la población se quedó sin servicio de transporte este martes debido al paro que llevaron a cabo los conductores de diferentes líneas de carritos, camionetas, busetas y autobuses en protesta por los altos grados de inseguridad que están padeciendo.
Aunque en un primer momento sólo se anunció la paralización del servicio, posteriormente se procedió al cierre de la vía Duaca-Barquisimeto como medida de presión ante las autoridades encargadas de resguardar la integridad física y material de conductores y pasajeros.
La protesta afectó a las miles de personas que a diario viajan desde la zona norte, tanto de Duaca como de las parroquias Cují y Tamaca, hasta la capital larense, por razones de trabajo, estudios, comerciales u otras necesidades pues apenas disponían de los pocos autobuses de la Alcaldía de Iribarren para hacerlo
En las diferentes paradas hombres y mujeres esperaban pacientemente el paso de algunas de esas unidades para llegar a sus destinos.
Algunos conductores de “rapiditos” trataban de realizar su trabajo pero eran obligados a bajar los pasajeros en determinado punto por considerar que el problema por el cual se originó la protesta afecta a todos los trabajadores del volante.
Consultados varios de los choferes, así como representantes de comunidades, la opinión era la misma: no pueden soportar más los atracos de los cuales a diario son víctimas en las unidades del transporte colectivo.
En Duaca, durante toda la mañana se observaba una especie de toque de queda pues a falta de los colectivos, calles y avenidas permanecían desoladas.
Los miembros de las líneas Santa Fe, Casco Verde y Casco Azul, que cubren las diferentes rutas urbanas, paralizaron totalmente sus actividades en protesta por el asesinato del colega Junior Gastón Saavedra Peña, domiciliado en la capital de Crespo.
Antes del amanecer, unidades de diferentes tipos fueron estacionadas en la salida de Duaca, frente a la urbanización Menca de Leoni, algunas con leyendas con el nombre del profesional del volante ultimado.
Durante cierto tiempo se limitaron a restringuir parcialmente el tránsito, aunque posteriormente, supuestamente en rechazo a las ofensas que recibían por parte de usuarios afectados por el paro, optaron por cerrar por completo la vía.
En el sitio indicado estacionaron autos, busetas, camionetas y autobuses impidiendo el paso de vehículos en ambos sentidos mientras en el puesto de la Guardia Nacional en El Eneal se celebraba una reunión para tratar el problema.
Allí estaban el comandante del D-47, teniente coronel Rafael Quero Silva, la directora de la Alcaldía de Crespo, Leida Quero, los comandantes de las comisarías de la Policía de Lara en Duaca y El Cují-Tamaca, comisarios Alexander Escalona y Argenis Goyo, respectivamente, el jefe del comando de seguridad para el transporte público, supervisor agregado Alexander Abarca, el prefecto del municipio, directivos del Sindicato Automotor, encabezados por su secretario general, Giovanny Peroza, así como representantes de algunas comunidades, también afectadas por la inseguridad.
El comandante Quero insistió en solicitar la colaboración de los conductores informando inmediatamente cualquier actitud sospechosa de personas en unidades y en las paradas.
Pero también pidió a los choferes que gustan dar mucho volumen a los equipos de sonido de sus unidades, bajar los mismos ya que está comprobado que eso altera a las personas.
Ofreció toda la colaboración de la GN para garantizar la seguridad a los transportistas y usuarios.
Giovanny Perozo, así como otros dirigentes transportistas, se quejaron porque los operativos de la GN y la policía no son constantes; sólo duran unos días.
Igualmente pidieron incrementar la llamada Brigada de Transporte de la Policía pues apenas cuenta con 14 funcionarios y debía tener unos 40, además de suficientes equipos móviles para poder cumplir con las funciones encomendadas.
Hubo coincidencia al señalar que los puntos de control en las vías no dan ningún resultado positivo pues los delincuentes saben dónde los colocan y se bajan de las unidades antes de llegar a donde están los mismos.
“Mejor son los controles en caliente, sorpresivos”, expuso uno de los transportistas.
“Si los diferentes cuerpos policiales trabajan unidos pueden tener mejores resultados en la ubicación de los atracadores”, expuso uno de los asistentes a la reunión.
Otro dijo que ahora los ladrones no se limitan a despojar de dinero y celulares a conductores y pasajeros sino que también se llevan las unidades para pedir rescate por su devolución.
“También se están dando casos de atracos a choferes de autobuses a quienes obligan bajo amenaza de muerte a desviarse a sitios aparados para desvalijar de sus pertenencias a todos los pasajeros”, expresó otro de los directivos.
Pero también quedó de manifiesto, una vez más, la impunidad imperante en la región pues la policía o la Guardia Nacional detiene a sujetos responsables de atracos y en pocos días salen libres para volver a sus andanzas.
Citaron algunos apodos de sujetos que de manera frecuente han venido actuando en perjuicio de quienes dependen del transporte colectivo vía a Duaca.
La reunión se prolongó por espacio de unas dos horas mientras en la entrada a Duaca incrementaba la cantidad de vehículos a la espera de una orden para retirar los que impedían el tránsito automotor.
Eso ocurrió poco después del mediodía aunque entre algunos de los conductores participantes en el cierre no quedaron muy satisfechos con las explicaciones recibidas por parte de los dirigentes del Sindicato Automotor, no descartando acciones similares en el futuro si por parte de la policía o la GNB no se toman medidas en concreto para poder trabajar con cierto margen de seguridad, para ellos y para quienes usan el transporte colectivo para trasladarse desde y hacia la zona norte de Barquisimeto.
Fotos: Luis Salazar
