La medida que pretende imponer el ejecutivo, de congelar la matrícula de las universidades privadas de Venezuela, es improcedente pues “no obedece a la realidad” y condenaría a las casas de estudios “a la parálisis”, aseguró el rector de la Universidad Metropolitana (Unimet), Benjamín Scharifker.
Sostiene que la Unimet es una Asociación Civil sin fines de lucro, “nuestra operación no genera créditos económicos ni dividendos, sino conocimiento, capacidades humanas y beneficio social” y, a su juicio, si se llega a aplicar la orden del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria “no podríamos cubrir nuestros costos con ingresos”, trayendo como consecuencia la pérdida del personal “que no podremos retener, la desinversión que nos impedirá mantener los estándares con los que estamos comprometidos, la imposibilidad de apoyar financieramente al 30% de la población estudiantil que recibe apoyos socioeconómicos para cursar sus estudios y, por ende, la parálisis de la institución”.
“Los primeros perjudicados serán los propios estudiantes. Un estudiante que no tiene una universidad que pueda brindar todos los servicios, incluyendo las ayudas socioeconómicas, aparte de los servicios académicos y de todo tipo; es el primer perjudicado”, alertó el rector de la Unimet.
Advierte Scharifker que lo que evidentemente se persigue, es condenar a las universidades privadas al mismo destino de las universidades públicas, las cuales se encuentran paralizadas por falta de recursos.
“En estas circunstancias la Universidad Metropolitana no permitirá que se vulneren los derechos a la educación de nuestra comunidad estudiantil. Continuaremos procurando cumplir con nuestra misión y la única manera de poder hacerlo es con ingresos que compensen los costos de operación de nuestra Institución”, afirmó Scharifker.
Ya el rector de la Universidad Católica Andrés Bello, Francisco José Virtuoso, advirtió en declaraciones públicas, que era imposible congelar las matriculas de las universidades en una economía hiperinflacionaria.