La Gran Misión Vivienda Venezuela, presentada por el Ejecutivo como una de sus grandes acciones para resolver el problema de la vivienda de 2 millones 600 mil familias, se ha convertido en “otro foco de perturbación social”, de acuerdo con la opinión emitida este lunes, por la empresa de análisis y consultas Veneconomía.
En efecto, señala el pronunciamiento que tal como se pensaba, la Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) es una Caja de Pandora donde se esconden un cúmulo de calamidades presentes y futuras para el país.
Primero, el Informe Riesgos de Corrupción e Integridad: Gran Misión Vivienda Venezuela, realizado por Transparencia Venezuela dio a conocer las irregularidades que caracterizan el programa social bandera del chavismo que manejó $13,74 millardos en 2012.
Segundo, es harto conocido que la prisa por las batallas electorales de 2012 llevó a que las edificaciones multifamiliares de la Misión fueran construidas sin planificación y sin cumplir con las regulaciones de urbanismo y las normas antisísmicas y, en muchos casos, con materiales de baja calidad y con asesoramiento extranjero ajeno a la legalidad de Venezuela.
Al respecto, cabe notar que la jefa de Gobierno del Distrito Capital, Jacqueline Farías, con total descaro e impunidad corroboró este fin de semana que el otro objetivo político-electoral de la GMVV era la penetración por el chavismo de las zonas de clase media, de tendencia mayoritaria opositora al régimen, asegura Veneconomía.
Según diversos medios de comunicación que cubrieron el acto, Farías explicó durante la entrega de unidades habitacionales en la Urbanización La Paz en el Paraíso-Caracas que “gracias a la Gran Misión Vivienda Venezuela construimos estos apartamentos para llenar El Paraíso de gente chavista (…) y que se les haga más difícil (a la oposición) ganar aquí”. Según la prensa previamente había apuntado «¿Qué pasa en El Paraíso en las elecciones? Perdemos. Perdemos las elecciones”.
Si todo esto no genera suficiente alerta ciudadana, ahora ya comienzan a hacerse tangibles uno de los principales temores de los habitantes, sociólogos y analistas: que las viviendas de la Misión se conviertan en un foco de conflictividad, debido a la falta de estudios sociales y de inserción de las personas a un hábitat diferente al suyo, destaca el trabajo. En muchos de los nuevos urbanismos de la Misión estallan enfrentamientos a diario entre bandas usuales en las barriadas, con su saldo de homicidios, tiroteos y consumos de alcohol y drogas, y se generan nuevos problemas de convivencia entre los propios inquilinos de los edificios.
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