En estas últimas semanas China se convertía en la tercera nación en traer muestras de la Luna a la Tierra. Ahora, el próximo objetivo parece ser Marte (y viceversa). Y no es tan sencillo como desde la Luna. La NASA, junto a la ESA europea tienen un plan para ello, aunque va a suponer enviar varias misiones marcianas, muchos millones de por medio y más de una década para ver los resultados.
Actualmente el Perseverance es el último rover de la NASA que va de camino a Marte. La misión en sí ya es ambiciosa, pero en realidad es minúscula si la comparamos con el plan a medio plazo que tiene la agencia estadounidense para traer muestras marcianas. Y es que el propio Perseverance forma parte de esta misión a largo plazo para traer muestras marcianas, pero es sólo parte de la primera fase.
A medida que el rover se acerca al Planeta Rojo, la NASA ha decidido compartir más detalles de cómo participará en la misión para traer muestras de Marte. Mientras que los rovers previos nos han enviado información detallada de la superficie de Marte con análisis in situ, el Perseverance irá un nivel más allá recogiendo las muestras para que sean analizadas aquí en la Tierra.
Tres misiones a Marte, un objetivo común
Tal y como explica la agencia, el plan es que se recojan las muestras de Marte en tres fases y tres misiones diferentes. Cada una de ellas dependiendo directamente de la anterior y su éxito. Esencialmente la primera misión recogerá las muestras, la segunda las sacará de Marte y la tercera las traerá a la Tierra.
Perseverance, como se puede intuir, será la primera parte del plan y su misión no es otra que recoger las muestras de la superficie terrestre. Para ello está equipado con herramientas de excavación y también una serie de 43 tubos de titanio que servirán para almacenar las muestras. Cada uno de ellos está estrictamente protegido y desinfectado para evitar cualquier tipo de contaminación o daño de las muestras.
Perseverance recogerá las muestras del Crater Jezero una vez aterrice con éxito este próximo mes de febrero. La idea es recoger muestras tras analizar la superficie para que sean de lo más variadas posibles. Lo recogido se empaquetará en los tubos sellados y… las dejará ahí. Perseverance acaba ahí su parte de la misión, las muestras se quedarán por una temporada en la superficie de Marte bien selladas.
La segunda parte del plan implica una nueva misión de la NASA en colaboración con la Agencia Espacial Europea. Para finales de esta década la misión llegará a Marte (ahora está en fase de desarrollo) y aterrizará cerca de donde Perseverance deje las muestras. Su objetivo es capturar las muestras y ascender de nuevo a la órbita de Marte. Fin, ahí acaba la misión y la segunda fase.
Finalmente, a finales de la década o principios de la siguiente, una tercera misión viajará a Marte, acoplará las muestras dejadas en órbita y posteriormente volverá a la Tierra. Si todo va bien y hay suerte, tendremos muestras de Marte para dentro de aproximadamente diez años.
Más de diez años de trabajo, tres misiones y millonadas de gasto… ¿para qué? Ciencia. La NASA y la ESA esperan que estas muestras desvelen mejor cómo es Marte y nos ayude a entender el planeta. Con suerte la roca marciana y el regolito recogido tendrán signos de vida microbiana antigua, si las teorías son ciertas y Marte tuvo vida en el pasado. Con algo de paciencia, lo sabremos en una década.