Iguana se denomina a un género de reptiles escamosos de gran tamaño, que pertenecen a la familia iguaninae. Son nativos del continente americano y su presencia se extiende desde México hasta Brasil, incluyendo el Caribe.
Este género abarca un grupo de lagartos de tamaño medio a grande, que puede verse tomando sol en lo alto de los árboles para calentar su sangre fría, sobre todo en regiones cercanas al agua. Su nombre proviene del vocablo en lengua taína para nombrar al animal: iwana.
Al estar presente en un extenso territorio, su coloración, longitud y otros rasgos específicos pueden variar, pero todas comparten un patrón similar: cuatro patas, un cuerpo alargado sobre el cual hay una cadena de picos, detrás del cuello, llamados escamas tuberculares.
La coloración de su piel puede oscilar entre verde intenso, marrón y tonalidades más oscuras, dependiendo del hábitat específico de la iguana, ya que le brinda cierto grado de camuflaje.
Posee una visión extraordinaria, capaz de detectar a mucha distancia cuerpos, sombras y movimiento. Tiene un tercer ojo rudimentario, conocido como ojo parietal, que se asemeja a una escama pálida en el medio de su cabeza.
Es excelente trepadora. Sus cuatro articulaciones están diseñadas para movimientos veloces, permitiéndole escapar de depredadores y, al mismo tiempo, nadar si fuera necesario. Su cola no es prensil, sino que sirve para estabilizar el cuerpo.