El candil que iluminaba el zaguán de la casona número 71, de la calle Libertador de Barquisimeto (hoy carrera 19 entre calles 22 y 23), amaneció encendido gracias a la diligente atención de la servidumbre de doña Adelaida Fortoul Obregón, quien tenía una semana en confinamiento maternal, en su amplio dormitorio, donde los ventanales fueron rigurosamente sellados con grandes y gruesas cortinas para que ningún rayo de luz pudiera entrar.
Igualmente una de las dos puertas del dormitorio fue clausurada con una manta oscura para dejar el cuarto en perfecto claustro monástico porque una ancestral creencia daba por sentado que la luz y la intemperie, menoscababan la retina de los recién nacidos y menos aún en aquel hogar colonial de costumbres cristianas de tipo conventual.
Cuando por fin llegó la comadrona, ya doña Adelaida había comenzado el trabajo de parto. La servidumbre agobiada caminaba de un lado para otro buscando agua caliente y otras vituallas. Reciente había llegado el doctor José Espiritusanto Gil, quien había ordenado a “Espiritico”, su espaldero, prepararle agua caliente y luego hacerse cargo de las bestias acuarteladas ya en el establo. Llegaba extenuado de las campañas de la Guerra de los Cinco Años, como Comandante de Armas.
Influenciado por su padre
El Pelón Gil, apodo con el que era conocido por su calvez, había obtenido el título de licenciado en Derecho Civil de la Universidad Central de Venezuela, para luego recibir el doctorado ese mismo año de 1844. Pronto se enlistó en las filas del ejército para luchar en la insurrección política en contra de José Gregorio Monagas, cayendo prisionero en las bóvedas del Castillo de La Güira, de donde se evade y se refugia en la isla de Bonaire.
Cuando Barquisimeto fue sitiado por la soldadesca federal, entre el 5 y el 10 de marzo de 1858, el Pelón, defendió con ímpetu la plaza solo con un poco menos de 600 hombres y un cañón, frente a un contingente de 1.500 soldados. No retrocedió y por el contrario, cuando llegaron los refuerzos cinco días después, ya los federalistas habían huido. Desde entonces, le persiguió la leyenda de héroe.
Contrajo nupcias con doña Adelaida Fortoul Obregón, el 11 de diciembre de 1860, en El Tocuyo, en una de las etapas más violentas de nuestra historia repleta de rivalidades políticas que degeneraron en interminables contiendas armadas.
Gil Fortoul fue criado en la hacienda Hato Arriba, perteneciente a su padre, la cual estaba enclavada en el municipio Barbacoas que para entonces formaba parte del Distrito Tocuyo. Una mañana, El Pelón, tomó a José por la mano y lo condujo al Colegio La Concordia, que regentaba el eminente preceptor don Egidio Montesinos, de donde egresó como Bachiller en Filosofía y Letras el 2 de julio de 1880, año en que publica su primer libro: La infancia de mi musa, una compilación de poemas bajo el cuidado del tipógrafo y periodista Pedro María Azparren.
Durante una cena familiar, Gil Fortoul comunicó a sus padres sus intenciones de marcharse a Caracas a estudiar derecho en la UCV, siguiendo los pasos de su progenitor. Paralelamente, asiste a las clases de historia natural del sabio Adolf Ernst, recibiendo el doctorado en Ciencias Políticas el 23 de enero de 1885. De allí en adelante, José Gil Fortoul transitará una intensa e interesante carrera como intelectual, periodista, político y diplomático, alcanzando la primera magistratura nacional, calidad de encargado en 1913, cuando ocupaba un curul como presidente de la Cámara del Senado de Venezuela.
Historiadores, cronistas y escritores han mencionado y repetido a lo largo de los años, con soporte o fundamento incorrecto, que el célebre historiador y expresidente de la República, José Gil Fortoul, vino al mundo en El Tocuyo el 25 de noviembre.
No obstante, en el libro número 53, correspondiente a los años 1861 a 1864, folio 28 de la parroquia Tocuyo, se encuentra la partida de bautismo de José Gil Fortoul, quien más tarde fuera el pionero del pensamiento científico de la historia venezolana.
“En la ciudad del Tocuyo á dies y nueve de Marzo de mil ochocientos sesenta y dos, yo el cura propio de esta Santa Yglesia bautizé solemnemente á José que nació el veinte y nueve de noviembre último, hijo legítimo de José Gil y Adelaida Fortoul. Fueron sus padrinos Basilio Roque y Dominga García á quienes adverti el parentesco y obligación, de que certifico.
José Antonio Ponte”. (sic)
Es copia exacta del original. Pbro Renzo Begni. Director de Archivo. Certificado que se expide en Barquisimeto a los tres días del mes de julio de dos mil dos.
La ceremonia religiosa de bautizo de José Gil Fortoul, se celebró en el templo del Hospital de Belén, toda vez la iglesia matriz de El Tocuyo estaba sometida a reparaciones.
Luis Alberto Perozo Padua
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