Al haber alcanzado la inflación el nivel de 1.500 por ciento en nuestro país, el renglón de los alimentos hace que la canasta familiar se esté reduciendo a tal punto que hoy apenas se puede adquirir un tercio de lo que se compraba hace dos meses, asevera el ingeniero agrónomo Fernando Camino.
El expresidente de la Confederación Nacional de Productores Agrícolas (Fedeagro) y de la Confederación Andina de Productores Agropecuarios (Conagro), al ser entrevistado por Elimpulso.com, dijo que la situación inflacionaria, que sigue disparada, no sólo ha volatizado al bolívar, sino que está impactando al dólar en un 300 por ciento en este momento.
Es por eso que la moneda estadounidense ha dejado de ser un factor de protección, manifestó el profesional, quien fuera representante empresarial ante el Fondo de Crédito Agropecuario y representante del sector agrícola en el Consejo de Economía Nacional.
Se ha podido determinar que, desde el momento en que fue aceptado el dólar como válvula de escape en la economía venezolana, esa moneda es utilizada en el 60 por ciento de las transacciones comerciales.
Pero, cuando existe una situación inflacionaria como la que se está registrando, ni el dólar, ni el euro, ni ninguna moneda está exenta de ser impactada. Y no hablemos del bolívar, pues sabemos cómo se ha devaluado.
Anaqueles repletos
Es conocida en todo el mundo la crisis humanitaria de Venezuela, porque ha sido determinada en los estudios de las organizaciones internacionales, comentó el ingeniero Camino. Y se refleja todos los días en todo el país.
El empobrecimiento se ha generalizado a tal extremo que alcanza al 96 por ciento de la población, debido a sus bajos ingresos.
Es por ello que los anaqueles de los establecimientos comerciales están repletos de productos, ya que no existe disponibilidad adquisitiva en la mayoría de la gente.
Producción disminuida
Si la población ha sido afectada, también los productores no han escapado a la crisis y el nivel productivo se ha reducido en el 80 por ciento.
Hay unas áreas peor que otras, indicó Camino, quien fue director del Fondo Nacional del Café y de Mercados, Silos y Frigoríficos del Distrito Federal (Mersifrica). La actividad de la fruticultura cayó al 10 por ciento, especialmente en los cítricos.
En los centrales del país, hace catorce años, se llegó a moler 9 millones 690 mil toneladas de caña de azúcar. Este año se molieron 2. 250 mil toneladas. Apenas hay 60 mil hectáreas de cultivo. Y hay que importar el producto.
También habló del descenso en cereales, maíz blanco y café. En éste rubro hay 110 mil hectáreas de cultivo que arrojan 3.2 quintales por hectárea. Venezuela llegó a producir 1.700.000 quintales. Y no sólo ha bajado la producción, sino también el consumo. Claro está, el precio cada día es más alto.