Director: Scott Frank
Nadie sale ileso de la infancia. Creo que no hay mayor misterio que el del propio pasado. Ese lugar que solo tú almohada sabe es real y existe.
Y son las cicatrices de aquello que, al parecer, ha quedado perdido en la memoria: episodios, olores, imágenes, sentencias, juicios que acompañan al ser hasta convertirlo en nuestra personalidad. Car Jung hablaba que el vino de la adolescencia no siempre aclara según pasan los años, a veces se vuelve turbio.
En la serie de Netflix Gambito de Dama, usted se pasea por ese espacio de marca personal dejado en la infancia y adolescencia de Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) y que invita a hacer alguna retrospección de lo uno está hecho.
Gambito de dama es una historia ficticia que sigue la vida de una huérfana prodigio del ajedrez y que durante su búsqueda para convertirse en la mejor jugadora de ajedrez del mundo lucha con problemas emocionales y dependencia de las drogas y el alcohol.
Gambito de dama es el nombre que recibe una apertura en el ajedrez, que se caracteriza por el ofrecimiento del peón que resguarda a la dama. Y es que esta miniserie de siete capítulos atrapa a quienes no sabe de ajedrez tanto como a quienes les apasiona. Es una obra de arte cautivadora y enérgicamente fascinante.
Beth es una mujer vulnerable, triste, que logra vencer los demonios de su infancia y rivales a fuerza de constancia y voluntad. Creció en un hogar agrietado por el divorcio y la carencia; el alcohol y las pastillas complotan contra su talento, como la soledad y la desesperanza que la persiguen durante todo la serie.
En su libro “Las marcas de la infancia” Marcelo Rocha nos habla que esas marcas emocionales e intensas perduran y sufren diferentes destinos, permanecen ocultas o semiocultas para nuestros recuerdos, se vuelven inconscientes y quedan a la espera de ser despertadas. Beth recuerda en la voz de su madre ausente todas sus enseñanzas que la guían en cada momento de amor, dolor, miedo, y elección de vida. Interesante en gambito de dama apreciar estas marcas de vida.
Por otro lado Beth vive en un orfanato luego de perder su madre en un accidente de tránsito, lugar que nos da algunas señales de sus triunfos y como maneja las derrotas.
En el libro Vincúlate, de José Luis Gonzalo dedicado a las relaciones del vínculo en los niños adoptados y acogidos, habla que un bebe necesita desde que nace cosas tan simples y básicas como que lo toquen, le hablen y miren que le permiten vincularse con el mundo, en cambio un niño en un orfanato recibe atenciones automatizadas, es decir, todos duermen a una hora, biberón a otra, sin atención especial ni estableciendo vínculos con una persona de referencia.
En el film se destaca la marca del orfanato en Beth. Sin embargo, la verdadera sorpresa es que rompe esta grieta y se convierte en el gesto más feminista de la serie, es una mujer en contacto con su sensualidad, que disfruta de un estilo arquetípicamente femenino en un mundo de ajedrez de machos, dándoles un mensaje a las adolescentes: dejar la mujer compleja, que lucha con sus fantasmas y con la herencia de las mujeres que vinieron antes que ella y que descubre su propio deseo y sobre todo su placer: ni puta ni santa, ajedrecista.
Para finalizar: todas las jugadas fueron supervisadas por Gari Kasparov campeón mundial desde 1985 a 2000. Anya Taylor-Joy hizo dos films junto a esta serie: Emma y Last Night in Soho. Cada personaje es una pieza: Benny es el Caballo, se viste con capa y sombrero; Harry es el Alfil, representa la moral; los gemelos Matt y Mike son las Torres, los protectores; Townes es el rey, al que ella ama pero no puede alcanzar. La historia relata cómo ella se va transformando en la pieza más fuerte del juego”.
Fritz Márquez
@fritzmarquez360