Resulta amargo hablar sobre la crisis que sufre mi querida Venezuela, una tragedia que nos ha marcado a los venezolanos. Atrás quedaron los recuerdos de tiempos mejores y una herida profunda se ha posado en cada uno de nosotros. Tras dos décadas de chavismo, el país afronta un momento histórico que definirá el futuro de millones. Hoy nuestra nación demanda un cambio político que garantice un modelo de estabilidad, prosperidad y progreso social. Como nunca antes, Venezuela necesita volver al camino democrático para poder sanar.
Las sociedades democráticas están más preparadas para afrontar los grandes retos que afectan al Estado, mediante consensos entre los distintos actores políticos. Su correcto funcionamiento permite evitar los autoritarismos y los casos de corrupción, ya que, la separación de poderes permite limitar el poder de los gobernantes y asegura la supervisión constante entre las instituciones. Además, en este sistema los derechos y libertades de los ciudadanos son respetados. La libertad de expresión, la participación en los asuntos públicos, la protesta, el sufragio y la libertad de información son todas herramientas válidas y fundamentales para que el balance democrático se mantenga y la sociedad pueda continuar avanzando.
Asimismo, con este cambio político y retorno del sistema democrático, se reconstruirán las distintas instituciones del Estado. Es así, como ellas podrán trabajar en beneficio de la población y no para oprimir a quien piense distinto ni saquear las arcas de la nación. Su verdadera existencia y deber es por y para que sean solucionados los problemas que afectan a los venezolanos. Igualmente, trabajaran bajo lo expresado por la Constitución, respetando siempre al Estado de derecho. De esta forma, volverá la confianza que se ha perdido en las instituciones.
El cambio significa dejar en el pasado las amarguras causadas por el chavismo. La restauración de la democracia será el fin de la hiperinflación que vacía nuestros bolsillos, de la escasez y las largas colas, de la impunidad, de la pobreza, las fallas en los servicios y la falta de oportunidades. El cambio representa la vuelta de millones de venezolanos que migraron y que podrán reencontrarse con sus seres queridos. Será el comienzo del desarrollo y progreso social de Venezuela.
Hoy más que nunca debemos luchar para gozar de instituciones sólidas e independientes que sean defensoras del bienestar de todos los ciudadanos. Debemos tener fuerza y madurez para pensar siempre primero en Venezuela y lograr así nuestra meta. La amplia mayoría de los venezolanos exigimos decidir nuestro futuro. Por eso queremos recuperar la democracia. Sabemos que es la única forma para vivir con calidad de vida y sanar luego de esta tragedia.
Stalin González