Alemán es un poblado que da nombre en toda Venezuela al municipio Torres, a Carora en particular, pero eso parece importar poco o nada a las autoridades de la alcaldía y también a las de la gobernación.
Como se sabe, Alemán tiene fama por los diferentes tipos de piezas de alfarería que elaboran desde hace unos cuantos años, parte de cuya producción es enviada a otras ciudades, e incluso al exterior.
Pero los alfareros que allí resisten temen que con la llegada de la temporada de lluvias nuevamente sufran las emergencias que tuvieron el año pasado cuando muchos de ellos perdieron materiales y hasta sus hornos, quedando en la ruina.
En aquella oportunidad no faltaron las promesas de ayuda oficial, pero a un año de los desastre nada les ha llegado.
“Aquí seguimos en las mismas condiciones, trabajando con lo que podemos para poder cumplir con los pedidos que nos hacen”, dijo Pedro Sierralta, uno de los más antiguos alfareros de Alemán.
Explicó que de la gobernación apenas les ofrecieron unos créditos por 5 mil bolívares, “que no nos alcanzan ni para una quemada”.
Dijo que la mayoría no los recibieron pues de nada le serviría tan irrisoria cantidad.
De la Alcaldía de Torres no les llegó ninguna ayuda, a pesar de que también recibieron ofertas de ese organismo.
Para los trabajadores del barro en Alemán la principal preocupación, además de la falta de créditos dignos, es la vía que les comunica con Carora, que con las primeras lluvias ya comenzó a deteriorarse.
“Eso es lo que nos preocupa porque no han querido canalizar la quebrada Agua Salada, o El Chorro, que todos los inviernos se desborda y convierte la carretera en una laguna por donde nadie puede pasar.
Además, también inunda los sitios donde están los hornos, muchos de cuyos dueños no han podido recuperarse.
“Aquí habíamos unos 40 artesanos y solamente quedan 20 cuando más porque cualquiera puede ver los hornos destrozados, abandonados pues los que trabajaban en ellos no han tenido recuersos para rehabilitarlos”, manifestó Pedro Sierralta.
Johendry Vargas, también trabajador de la alfarería en Alemán, igualmente considera necesaria la ayuda oficial para que el pueblo pueda cumplir con todos los pedidos que llegan de todas partes.
“Aquí hacemos de todo de barro, tejas, ladrillos, ladrillitos, pisos, de todo, pero lo más que hacemos son tejas porque es lo que más piden”, expresa.
Otros piensan que, ahora que el gobierno nacional está metido en una campaña de construcción de viviendas en todo el país, debiera comprar primero las tejas que hacen en Alemán y luego traer material del exterior.
Insisten en que la carretera es prioridad, sobre todo para quienes residen y trabajan en la parte oeste del poblado quienes al llover quedan aislados pues lo que llaman carretera queda bajo las aguas empozadas y también son cuantiosas las viviendas en las que sus habitantes sufren por las inundaciones.
En Alemán residen más de cien familias, en su mayoría dedicadas a la elaboración de piezas de barro, que viven implorando ayuda oficial, la que hasta ahora se les ha negado sin tomar en cuenta su importancia, incluso para el turismo pues muchas personas les visitan con el único propósito de conocer todo el proceso de elaboración de los ladrillitos o adoquines, tejas y otros objetos, hasta que salen de los hornos debidamente quemados.
Otras necesidades
Rita Sierralta es una de las más consecuentes luchadoras por Alemán y por ello con mucha frecuencia se le ve en Carora gestionando ayuda en la alcaldía o dependencias de la gobernación o el Gobierno Nacional.
También exige la rehabilitación de la carretera antes de que entre de lleno el invierno, pero, igualmente, pide un ambulatorio para el poblado.
Dice que cuando una persona se enferma deben llevarla a Carora para que recibe atención médica pues no cuentan con un dispensario, CDI o como quieran llamarlo, y en invierno, como la carretera queda bajo las aguas, los carros no pueden salir.
Igualmente exigen la recuperación de la única cancha deportiva existente pues carece de todo.
“Esa cancha no tiene tableros ni cestas para el baloncesto, mallas para el voleibol, cerca ni mucho menos techo para que los niños y jóvenes puedan utilizarla a cualquier hora.
Igualmente considera necesario recuperar la casona que estaba destinada a ser la casa comunal, construida toda con ladrillitos, pero debido a una falla en el techo la dejaron abandonada y lo invertido se está perdiendo.
Se trata de un inmueble que llama la atención a todo visitante no justifican no se le esté dando el uso para el que fue levantada sólo porque desde la alcaldía no se preocupen por lo que pasa en el principal poblado alfarero del estado Lara.
También es necesario que desde la alcaldía implementen una ruta de transporte público pues en la actualidad los habitantes tienen que recurrir a particulares, en autos, camionetas o motos para trasladarse a Carora.
Pero tampoco es fácil conseguirlos pues, debido al pésimo estado de la carretera los dueños de los vehículos mantienen estos en los talleres por los daños que sufren al pasar por tantos huecos y zanjas.
El alumbrado público tasmbién es deficiente pues son muchas las lámparas que se han quemado por el tiempo o las han roto sujetos practicando tiro al blanco.
En algunos sectores no se puede salir de noche por la oscuridad y el peligro de que la persona que lo haga sea víctima de alguna culebra.
No se explican las razones por las cuales el alcalde Carrasco tiene tan abandonado a Alemán, al que sólo visita en temporada de campaña electoral para hacer promesas.
“Ese alcalde solamente viene aquí a meternos mentiras porque no hace nada por el pueblo y la mayor prueba está en la carretera que se encuentra intrasitable todo el tiempo y en invierno peor”, manifestó Joaquín Torres, otro vecino.
En Alemán requieren igualmente de patrullaje policial o de la Guardia Nacional pues en ocasiones llegan elementos procedentes de Carora a robar chivos u ovejos que luego sacrifican para vender sus carnes.
Como en Alemán no existe puesto policial alguno, los mismos vecinos deben convertirse en vigilantes de sus rebaños o producciones de alfarería y cuando ven un carro o una moto con elementos extraños corren la voz para que todos estén alertas y de esa manera tratan de furstrar sus incursiones.
Fotos: Luis Salazar