“No ofrecemos soluciones mágicas o caminos libres de sacrificio. (…) Así que Venezuela, aquí está la articulación de liderazgo, la suscripción del pacto unitario, pero sobre todo para dirigir y orientar a la solución definitiva de Venezuela, hoy más que nunca reconozco a todos, hoy más que nunca confió en Venezuela”, fueron las palabras del presidente encargado y de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, en la presentación del “pacto unitario”.
Ese acuerdo contemplaba la propuesta de una consulta popular, basado en el artículo 70 de la Constitución. Guaidó aseguró el 9 de septiembre que la consulta no era un fin en sí mismo. “Es un medio de agitación, de presión a la dictadura en este momento y ese es el enfoque que estamos dando (…) No se trata de un día D”, explicó.
Casi un mes después la propuesta fue aprobada por la Asamblea Nacional, mediante un proyecto de acuerdo y luego fue juramentado el Comité Organizador, aunque por el momento no tiene fecha, Guaidó aseguró que en los próximos días se confirmará esa información y que será “alrededor” del 6 de diciembre, fecha de las elecciones legislativas convocadas por el CNE, y desconocidas por la mayoría de la oposición.
Blanca Rosa Mármol de León, una de las integrantes del Comité Organizador aseguró que esta nueva consulta “no será otra más”. “Esta consulta es un mensaje a la comunidad internacional para hacerles saber que no podemos solos. Llevamos más de 20 años luchando por nuestros derechos, y han sido sistemáticamente arrebatados”, expresó.
Aunque agregó que manejan distintos escenarios, uno de ellos que se prohíba la consulta, que se realice y el resultado no sea permitido por los que mantienen el poder o que se pueda llevar a cabo la consulta y el resultado sea aceptado.
La movilización lo es todo
La politóloga Maryhen Jiménez considera que la efectividad de la consulta popular se va a desprender de si las metas son realizables o no y eso también dependerá de la movilización y organización de los ciudadanos.
La politóloga Maryhen Jiménez considera que la efectividad de la consulta popular se va a desprender de si las metas son realizables o no y eso también dependerá de la movilización y organización de los ciudadanos.
“En primer lugar creo que no queda muy claro cuál es el objetivo real de la consulta, se dice que se quiere hacer presión en la comunidad internacional. La pregunta es si ese debe ser el énfasis del G4, dado que ya cuentan con el apoyo de la comunidad internacional, alrededor de 60 países, que ya han dicho en su mayoría que no van a reconocer las parlamentarias del 6D”, agregó.
También señala que en las declaraciones de los dirigentes políticos del Centro de Comunicación del gobierno interino se habla de que la consulta es para generar la presión necesaria para lograr una transición. “Eso significa que estás conectando de cierta forma esta consulta a una transición, si eso no ocurre, nuevamente no habrás cumplido con las expectativas que generaste en la población”.
El analista político, Héctor Briceño considera que la consulta busca relegitimar el liderazgo de la Asamblea Nacional, ante los ciudadanos, al resto de dirigentes políticos y la comunidad internacional. A su juicio, la efectividad de la consulta dependerá de la capacidad de convocatoria, tomando en cuenta la pandemia de la COVID-19, y también de las garantías que tenga el proceso.
“Que logren las condiciones electorales, que las den a conocer, si los organizadores generan confianza en la ciudadanía, además de la transparencia que se demanda en todo proceso electoral”, indica.
Para Jiménez otro punto clave es el de la viabilidad de la consulta, pues la oposición puede tener la mayoría del apoyo popular, pero si la propuesta no es viable, no generará el músculo, la organización y movilización para lograr el cambio.
Palabra clave: transparencia
Hasta el momento se conoce quienes son los organizadores de la consulta popular: Enrique Colmenares Finol, Blanca Rosa Mármol de León, Carolina Jaimes Branger, Horacio Medina, Rafael Punceres, Estefanía Cervó e Isabel Pereira Pizani. Jaimes Branger presentó su renuncia al Comité Organizador informando que fue diagnosticada con hepatitis y el médico le ordenó reposo absoluto.
En la consulta se harán dos preguntas que ya fueron planteadas por la Asamblea Nacional:
La primera pregunta es: ¿Apoya usted todos los mecanismos de presión nacional e internacional para que, en el marco de la Constitución, se realicen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables, se ponga fin al régimen usurpador de Nicolás Maduro Moros, se salvaguarde al pueblo de Venezuela de la crisis humanitaria, la migración forzosa y los crímenes de lesa humanidad, y así se garanticen la paz, el bienestar y el progreso de los venezolanos?.
Mientras que la segunda pregunta se refiere a las elecciones del próximo 6 de diciembre: ¿Rechaza usted el evento convocado por la dictadura de Nicolás Maduro Moros para el 6D, o para cualquier otra fecha, mientras no existan condiciones para elecciones libres, justas y verificables, y solicita a la comunidad internacional el desconocimiento de sus resultados?.
Pero no se conoce hasta el momento cuál será la fecha de la consulta popular. El presidente Guaidó aseguró en el acto de campaña llamado “Venezuela alza su voz” en Caracas, el pasado jueves, 22 de octubre, que entre “mañana y pasado mañana”, el Comité Organizador daría esa información.
Ese mismo Comité ofreció una rueda de prensa el lunes, 19 de octubre, en el que indicaron que la fecha sería cercana al 6 de diciembre. Enrique Colmenares Finol señaló que también están contemplando diversas formas de votación, pensando en la pandemia del COVID-19. Podría ser presencial, electrónico o mixto.
Colmenares señaló que podría ser un día para el sistema presencial y el virtual en varios días. Igualmente la diputada Olivia Lozano (VP-Bolívar) indicó a Runrunes que se utilizará un sistema mixto de votación entre manual y electrónico.
También informó que se contratará a una empresa para la votación electrónica y adelantó que 10 compañías hicieron sus propuestas y el comité técnico está en evaluación. “Hasta ahora están en conversaciones con tres de ellas. Una vez presentado el informe a los comités políticos y organizador se dará la buena pro”.
También informó que se contratará a una empresa para la votación electrónica y adelantó que 10 compañías hicieron sus propuestas y el comité técnico está en evaluación. “Hasta ahora están en conversaciones con tres de ellas. Una vez presentado el informe a los comités políticos y organizador se dará la buena pro”.
Sobre el nombre de las empresas que están siendo evaluadas, la diputada señaló que es confidencial por “razones de seguridad”. Indicó que el informe sobre las empresas será presentado a los medios de comunicación, “aunque debemos tratar de que no sean objeto de persecución y asedio por parte del régimen”.
Para el analista político, Héctor Briceño, la gente tiene ganas de manifestarse y expresar su descontento, como se ha visto en las protestas más recientes en Yaracuy, Guárico y Lara. Entonces considera clave el sistema que se utilizará en el proceso de votación, aunque la consulta popular pueda resultar un mecanismo sencillo.
Igualmente considera necesario el uso de testigos electorales, que puedan certificar que los resultados son los que se indican, así como la tasa de participación. Es decir, lo más importante en la consulta es la transparencia. “Que digan cuál es el mecanismo, una buena distribución de centros, donde influyen la pandemia del COVID-19”.
Briceño agrega que vale la pena contar con observadores que sean externos a los organizadores, “que puedan de alguna manera constatar y verificar el proceso, la calidad, la integridad. Es un proceso electoral donde nadie hace campaña en contra (…) sin embargo tiene que haber algún actor que de alguna manera certifique que se dieron unas condiciones de campaña, de que se le participó algo a la gente, o se le trató de transmitir algún tipo de mensaje más allá de una obligación de votar porque sí”.
El analista no cree que se haga campaña en contra de lo que se propone, como podría pasar en un referendo, aunque el gobierno de Nicolás Maduro puede obstaculizar el proceso, no llamaría a la participación, al igual que el grupo opositor que participará en las elecciones legislativas. “No se van a movilizar para votar que no, porque saben que esa movilización, aunque sea para votar no, legitima el proceso”.
Sin embargo, explica que parte de la legitimidad de la consulta viene por los altos índices de participación. “En la medida en que sean incluyentes, convoques a más sectores y que logres llevar esta consulta a mayor número de sectores, incluidos aquellos que puedan tener alguna crítica, o estar de acuerdo o no por completo, entonces dividir su votación, apoyar una parte de la votación y otra no, por ejemplo, le dará mayor legitimidad y credibilidad al proceso”.
Por otro lado, la politóloga Maryhen Jiménez, considera que la consulta se está haciendo en este momento porque lo que se tenía planificado previamente no funcionó. “Tienes que desarrollar este mecanismo para de cierta forma darle un marco a esa política que decidiste el año pasado”.
Además no está segura si las preguntas que están contempladas en la consulta son las más importantes actualmente para los venezolanos y si lograrán unificar a la población y movilizar. “En realidad lo que vemos también es un poco siempre esa anti identidad de la oposición, no representa algo constructivo, propositivo, sino es una anti identidad, el anti fraude”.
Todo puede depender de si esto representa un hito, si tiene una narrativa y si conecta con la realidad del día a día. “Una de las teorías del voto, es si es racional o no y qué voy a sacar yo de esta elección. La pregunta es entonces bajo esa lógica racional costo-beneficio, cuál sería el costo-beneficio de la población venezolana de participar en este momento en esta consulta, qué le va a dejar. Son las preguntas que nos tendríamos que hacer”.
También considera que el no tener fecha genera incertidumbre, porque no se presenta un plan con unos pasos a seguir, algo concreto, “bajo la excusa de que todo este proceso es complicado, pero al mismo tiempo se tiene que convencer a la población. Si el G4 en las pocas semanas que quedan no logra convencer a la población con un mensaje, una ruta, que hasta ahora no hay, entonces creo que será difícil lograr una alta participación”.
El barco zarpó
Para los analistas la oposición tenía varias opciones antes de llegar a la consulta popular, una de ellas para Jiménez era participar en las elecciones legislativas, si se entendía que eso era parte de la agenda, pero “ya es muy tarde y ya ese barco se fue hace mucho tiempo”.
“Si en enero no se hubiera pensado que esto era cuestión de horas o de semanas, entonces hubiera habido una planificación, una ruta estratégica de corto, mediano plazo”, añade. Cree que ahora la urgencia es una negociación a lo interno de la oposición para encontrar mecanismos de resolución de conflictos, de toma de decisiones, y su transparencia en cuanto a esas decisiones.
“Ha habido una lógica de vamos viendo sobre la marcha. El gobierno interino no estaba diseñado para gobernar, sino para buscar el cambio político, pero ha tratado de gobernar, pero no lo ha hecho muy bien porque no puede, porque en realidad quien controla el Estado es Maduro”, indica.
El analista Héctor Briceño concuerda con Jiménez en que ya varias opciones pasaron, aunque más allá de eso, “creo que hay que ser consciente de que las opciones todas son bastante malas. Lamentablemente estamos en un escenario en el que seguimos eligiendo malas opciones, a eso ha reducido la lucha política el gobierno”.
Sin embargo expresa que más allá del resultado de una consulta, debe haber una estrategia que sea trazada para el mediano y largo plazo. “El país y la oposición no aguantan caminos a corto plazo que fracasan y son sucedidos por una nueva estrategia a corto plazo”.
Sin embargo expresa que más allá del resultado de una consulta, debe haber una estrategia que sea trazada para el mediano y largo plazo. “El país y la oposición no aguantan caminos a corto plazo que fracasan y son sucedidos por una nueva estrategia a corto plazo”.
Briceño señala que el plan debe tener varias opciones, que se pueda visualizar todo su proyecto, que puede no cumplirse a cabalidad y puede tener reveses, pero que igual permita avanzar. “Hay muchos escenarios electorales todavía en el horizonte, para lo que habría que irse preparando cuanto antes, y creo que es lo peor que ha sucedido este año. Tenemos una consulta que será dentro de un mes y medio, pero todo el mundo sabía hace dos años que había otra consulta (las parlamentarias) para lo cual no se preparó, porque la oposición se preparó para escenarios muy cortos”.
Entusiasmo moderado
En una encuesta hecha en la cuenta de Twitter de Runrunes, sobre la disposición de la gente a participar en la consulta popular, participaron 6.657 personas de las cuales el 45,1% expresó que sí acudirá a la votación, mientras que el 37,7% respondió que no participará; 11,9% indicó que no conoce las preguntas y 5,4% de los usuarios dijo que participará con dudas.
La usuaria @pelayo_Nolkys expresó que si estuviera en Venezuela participaría, como en 2017, “como ir a marchas, colaborar con comidas, agua, transporte. Cualquier granito de arena que sea por mi país si ayuda, lo hago”.
Igualmente @Mijague respondió que hará todo “sin flojera por quitarnos a este régimen de encima. Es lo peor y lo tengo bien claro. Es el primer paso y luego veremos qué hacer”. Mientras que @Milenys63961187 señaló que con la consulta se convalidarán las acciones que el gobierno interino necesita tomar. “Es una manera formal y pacífica de protesta para activar todo lo que queremos”.
“Hasta cuando lo mismo, no se cansa, que haga cosas concretas, ya ni sé cuántas consultas se ha realizado y la respuesta es la misma, queremos ser libres Dios mío pero al parecer el miedo los hace retroceder cada vez que creemos ver una luz en el camino!”, fue la respuesta de @audemiz.
También la usuaria @HildredLiendo preguntó qué pasará con los resultados de la consulta. “Yo no he leído: primer paso: consulta. Segundo paso: ¿Sale Maduro?”
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