En una entrevista concedida a la Voz de América, David Smolansky, comisionado de la OEA para Refugiados y Migrantes Venezolanos, dijo: “Estamos hablando de más de 5 millones de personas que han huido de delitos de lesa humanidad, violación de derechos humanos, emergencia humanitaria compleja, violencia generalizada, colapso de los servicios básicos y que, ahora con la pandemia, si ya un refugiado era vulnerable, pasa a ser el vulnerable de los vulnerables”.
Los refugiados y migrantes venezolanos continúan siendo la crisis de desplazados más grande del continente americano. Hasta el momento, la Organización de Estados Americanos (OEA) contabiliza más de 5.1 millones de personas que han salido de su hogar en Venezuela e inundan las fronteras de países vecinos en busca de mejores oportunidades.
“Es casi imposible para cualquier venezolano renovar su pasaporte – explicó Smolansky – salvo que vaya por vías irregulares y, de hecho, Maduro ha desarrollado toda una red de corrupción para emitir o renovar pasaportes”.
Si bien esta situación de precariedad entre la población migrante venezolana no es algo nuevo, se ha incrementado la necesidad de asistencia. Para el comisionado de la OEA, hay muchos desafíos que tiene la región en esta materia, como garantizar el acceso a la salud, garantizar el acceso a la educación en los jóvenes, y además, se ha dado el fenómeno de aquellos que intentan regresar”.
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