Si no hay confianza de poco sirve que la inflación y la devaluación sean menores en el 2021, ya que es un valor esencial, incluso por encima de la mayoría de los indicadores, asegura el economista y director de la la firma consultora Aristimuño Herrera & Asociados (AH&H), economista César Aristimuño
De acuerdo con las proyecciones de la consultora, la cotización del tipo de cambio paralelo podría ubicarse entre 1.074.157 bolívares (umbral mínimo) y 1.441.863 bolívares (umbral máximo) al cierre de 2020.
Estas cifras coinciden, según el economista César Aristimuño, director general de AH&H, con las proyecciones de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que apuntan a un tipo de cambio de Bs.1.235.920 por dólar, al cierre de enero 2021.
Cabe resaltar que, de acuerdo con cifras derivadas de la firma especializada en economía, banca y finanzas, la variación del tipo de cambio paralelo en lo que resta del año estaría en un nivel cercano al 225%.
“El tipo de cambio en más de Bs. 1 millón coloca al dólar en una posición psicológica de mayor expectativa, ubicando a la divisa ante una mayor presión de demanda”, precisó.
No obstante, existe contraste con las proyecciones de PDVSA, que contempla una devaluación de 202,5% para finales de 2021, con un tipo de cambio de Bs. 3.737.999, mientras que la firma consultora estima un cierre de Bs. 13.652.535/US$.
La confianza es determinante
Explicó Aristimuño que una caída del PIB en niveles cercanos al 2% en 2021, de acuerdo a las proyecciones de la firma consultora, permitiría una reanimación del aparato productivo, para el año entrante, con la premisa de que la confianza de los agentes económicos es el gran reto para el año 20121, que vendría a permitir una mejora en los principales indicadores económicos del país.
“La confianza es un factor esencial, incluso por encima de la mejoría de los indicadores, porque ante la ausencia de la renta petrolera como motor económico del país, tendrá que ser la inversión privada la que asuma el riesgo que implica incrementar la oferta de bienes y servicios, a la par de incentivar un mayor consumo; de manera que si las instituciones no acompañan con reglas claras, respetadas y prudentes ese esfuerzo, sencillamente no habrá mejoría en 2021”, advierte Aristimuño.
El especialista venezolano destaca que el crecimiento de la devaluación en 2020 será inferior en comparación al año 2019, “inclusive viene cayendo la velocidad de la devaluación en los últimos años”.
Para diciembre de 2020, Aristimuño ratifica que la variación del tipo de cambio oscilaría entre un umbral bajo de 1.834% y un escenario máximo de 2.698%, una disminución frente a la registrada en diciembre de 2019 de 7.078%. De cumplirse las proyecciones del tipo de cambio de AH&A, para el 2021, la depreciación del bolívar será del 1.204%, inferior a la que tendremos este año.
Explica que esta disminución en la velocidad de la devaluación del bolívar, en términos generales, se debe a las restricciones por parte del Banco Central de Venezuela (BCV) en el manejo de su política monetaria; principalmente como consecuencia de la caída en la velocidad del crecimiento del la liquidez monetaria o M2; impactada por una disminución en la velocidad del aumento salarial por parte del ejecutivo nacional, a la desaceleración del financiamiento a PDVSA por parte del BCV y a la contracción en la intermediación crediticia producto del fuerte encaje legal del 93%.
No obstante, Aristimuño prevé que el mes de noviembre sea un mes de fuerte impacto en la devaluación, dado que es el mes de liquidación o anticipo de las utilidades, mayor concentración de gasto por parte del gobierno nacional recordando que tenemos comicios parlamentarios en diciembre, los bancos tienden a concentrar buena parte de su crecimiento en dicho mes siendo un pre-cierre anual y se inicia un fuerte consumo por la aceleración de las compras navideñas.
La disminución en la velocidad de crecimiento de la devaluación también se viene reflejando en la inflación, la cual ha disminuido su velocidad por restricciones de liquidez, encaje y caída del consumo, pasando de un promedio semanal en 2019 de 11,5% a 6% semanal en 2020. La inflación registra en los últimos ocho meses de este año un crecimiento mensual por debajo del 50%.
En este sentido, es importante señalar que mucho textos económicos señalan que la hiperinflación describe episodios que suceden cuando la tasa de inflación mensual es mayor al 50% y permanece así durante al menos un año, de acuerdo con el economista estadounidense Phillip D. Cagan, profesor Emeritus en Columbia University. De ser así y de los próximos cuatro meses registrar una inflación mensual por debajo del 50%, Venezuela ya no podría ser considerada como una economía con hiperinflación.
Sin embargo y a pesar de ello, Venezuela continuaría siendo el país con la mayor inflación del mundo. Recuerda que el flagelo económico de la inflación ha sido practicante controlado por casi todas las economías del mundo y en ninguna hoy existe hiperinflación.
En materia petrolera, Aristimuño señaló que los ingresos por exportaciones registran una contracción de -98,1% en los últimos siete años, debido a la drástica caída en la producción que pasó de 2.375.000 b/d en 2015 a apenas 340.000 b/d en agosto de este año además de la disminución en los precios del petróleo.