Por más que haya luz solar, el día de los larenses no inicia con mucha energía. Desde que los habitantes se levantan, temen que el servicio eléctrico deje de funcionar en cualquier momento, y se queden sin electricidad por 3, 5 y hasta más de 7 horas consecutivas.
En algunas zonas del estado Lara, las personas ya conocen cuáles son las horas habituales en las que se quedarán sin el servicio eléctrico, y por ende, tratan de prever lo necesario: cocinar, trabajar y estudiar.
¿Es merecido vivir de esta manera? ¿Es merecido vivir con esta zozobra?, estas son las preguntas que suelen hacerse los larenses día tras día, quienes están cansados, frustrados y molestos de tener que sufrir estos percances.
Por más que sea un problema recurrente, y por más que los larenses siguen esforzándose diariamente para salir hacia adelante, ninguna persona está dispuesta a normalizar ni acostumbrarse a estas irregularidades.
De hecho, a lo largo del día, en distintos lugares del estado Lara, se presentan varias fluctuaciones energéticas, que terminan siendo una especie de «tortura» para los habitantes, ya que es la señal de que -muy probablemente- la energía eléctrica se vaya en los próximos minutos.