“Ante la imagen venerable de la Divina Pastora les manifiesto que me preocupa tanta violencia, tanto crimen. Matar no es querido por Dios. El homicidio es pecado, el suicidio es pecado, hermanas y hermanos, la vida es sagrada, respetemos las vida; la violencia nos destruye, procuremos vivir en fraternidad”.
De esa forma el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio José López Castillo, manifestó su precupación por la ola de violencia que está afectando a toda Venezuela.
Lo hizo durante las palabras de bienvenida a la imagen de la Divina Pastora en la plaza Macario Yépez en lo que fue oficialmente su arribo a la ciudad en su visita 157.
Insistió en el tema de la fe llamando a padres y madres a explicar a niños y niñas las razones por las cuales les bautizaron, que entiendan su significado, que crezcan como verdaderos creyentes.
Luego pidió recordar y valorar a los sacerdotes por ser en Cristo los grandes educadores en la fe, los santificadores de la fe.
Monseñor López Castillo se sintió impresionado por la gran cantidad de personas de todas las clases sociales y edades que han acompañado a la patrona de los larenses en su recorrido desde su santuario en Santa Rosa.
En realidad la avenida Lara se convirtió este lunes en un gigantesco camino de fe transitado por grupos familiares, no sólo de Barquisimeto y el estado Lara sino también de otras entidades, incluso del exterior.
El arribo de la procesión a la plaza Macario Yépez se cumplió a la una y cuatro de la tarde. Fue recibida por los acordes musicales de la Orquesta Mavare bajo la dirección del profesor Ángel Eduardo Montesinos.
En esta oportunidad la legendaria agrupación musical hizo algunos cambios en su repertorio, incluyendo por primera vez temas del músico caroreño Feliciano Montes.
Como ha ocurrido en años anteriores, en esta oportunidad también estuvieron incorporados músicos que no forman parte de la orquesta pero son hijos de ex-integrantes como Filipo Rutilino, hijo de Miguel Rutilino, Fanny Valera, hija de Vicente Valera y Jesús Salvador Meléndez, quienes de esa forma pagaban promesas a la Virgen.
Pero no sólo ellos pagaban promesas a la Divina Pastora pues entre quienes se encontraban frente a la tarima montada en la plaza había devotos que agradecían favores concedidos, en especial por haberles librado de enfermedades, por la madre de Cristo mediante la intersección de la Pastora.
Así observamos mujeres y niñas luciendo vestimentas alusivas a la de la imagen, así como hombres de morado, e incluso cargando cruces de madera.
Lo que sí llamó la atención de los feligreses, negativamente, como lo manifestó Joaquín Espinoza, uno de ellos, fue el excesivo despliegue militar que en algunos sectores impedía el acceso a quienes aspiraban acercarse, al menos a unos metros, del trono con la imagen.
“Creemos que tanto militar es innecesario pues uno viene a cumplir con la Pastora y no a alterar el orden público y si alguien se pasa con unos policías sería suficiente”, afirmó.
Se le explicó que desde hace algunos años viene ocurriendo eso y que de nada han valido las exigencias de los devotos de la Virgen en la intersección de la patrona de los larenses para que ese acto de fe sea netamente católico y civil.
Llamado a la fe
“Hoy, por esa falta quizás de formación, existe en la sociedad, nos dice el Papa, una profunda crisis de fe, existe un ateísmo práctico que sólo trae un vacío tremendo; por eso es necesario fortalecer y cuidar la fe”, dijo monseñor López Castillo.
Hermanas y hermanos, agregó, Cristo nos enseña a amar, nos enseña a ser justos, nos enseña a servir; si creemos de verdad, procuremos vivir estas virtudes.
También dijo que el creer en Dios da sentido a la vida, da sentido a la enfermedad, da sentido al sufrimiento, da sentido a la muerte misma.
“La fe es abandonarse en Dios, es entregarse a la voluntad de Dios, es un acto de libertad con responsabilidad social,como dice el Papa”, puntualizó.
Fotos: Ángel Zambrano
