Desde la publicación del Manifiesto del Partido Comunista en1848, el mundo ha sido objeto de la mentira histórica del ofrecimiento de sustituir el infierno del capitalismo por el paraíso del comunismo. Pero los hechos han demostrado todo lo contrario. El socialismo ha resultado ser un engaño para devenir paradójicamente en el opio del pueblo.
Lo cierto es que no solo el fascismo es capaz de las peores barbaridades contra el hombre. El comunismo es tan igual en ese terreno que a veces se le confunde con el fascismo quizá por los similares métodos represivos que emplean contra sus adversarios. Pero por los objetivos son completamente diferentes. El fascismo cree en la propiedad privada mientras que el estalinismo la odia y destruye.
José Stalin, el tirano totalitario que gobernó a la desaparecida URSS por el lapso de 30 años, es un tipo con suerte cuando se trata de denunciarlo por su condición de criminal. El primeo que intenta hacerlo es el escritor inglés George Orwell en su novela “Rebelión en la granja” que termina en el fracaso por la censura del gobierno británico.
Sus decenas de millones de crímenes los comete en nombre de aparente buenas intenciones como es el intento de transformar a la desaparecida Unión Soviética en un país industrializado. Para ello desata lo que se conoce como la Gran Purga que dejó un saldo de más de 20 millones de muertos.
Si se quiere Stalin es un tipo con suerte. Pues poco se le denuncia como causante de terribles males, tragedias y errores que han tenido un alto costo de pérdida de vidas humanas. Por ejemplo, la sorprendente alianza entre Adolfo Hitler y José Stalin antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial. También su oposición a un pacto entre socialdemócratas y comunistas en Alemania para cerrarle paso a Hitler que pudo evitar el estallido de la guerra. Además, la matanza de los comunistas griegos y más de 25 mil militares integrantes de la élite armada de Polonia con la complicidad de Stalin que siempre negó.
Esta es una ideología y práctica política profundamente totalitaria diferente al autoritarismo de las clásicas dictaduras que han existido en el mundo. Tras la muerte del líder soviético Vladimir Lenin en 1924, Stalin asume el control del poder político en la desaparecida URSS hasta 1953 cuando muere. Es el practicante de las ideas totalitarias de Marx y Lenin que concebían el Estado como un instrumento para la opresión de una clase por otra.
Es tal la maldad de Stalin que Lenin no le tenía confianza. Siempre lo vio con prudencia. De él llegó a expresar de forma muy dura,que era un elemento ambicioso y sin sentimientos como en efecto lo demostróen la práctica. Esas opiniones se encuentran en los últimos escritos o memorias de Lenin poco conocidos y guardados celosamente por los comunistas dogmáticos.
En esa monstruosidad ideológicay política es que se inspira el socialismo del siglo XXI que hoy sufrimosen Venezuela. Es una versión en la onda del neocomunismo que recorre al mundo actualmente.La “Gran Purga” a la venezolana, iniciada por Hugo Chávez Frías,que ha horrorizado a la ONU por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la tiranía de Nicolás Maduro.
Freddy Torrealba Z