«El mundo se divide, entre los que saben contar historias y los que no«
Gabriel García Marques, Premio Nobel de Literatura.
Es importante el papel de la comunicación en nuestras vidas, en nuestro entorno social o laboral. No nos imaginamos muchas veces, el poder que tiene la palabra, el silencio, el saber escuchar y el impacto que tiene la emoción para comunicarnos correctamente.
Muchas veces nos encontramos con vendedores o emprendedores, que saben mucho de su producto o empresa, pero que no son capaces de contarlo con emoción y si no generan emoción, es imposible que quede en la memoria de sus futuros clientes, las bondades de sus productos y por tanto no lo comprarán, ni en del Banquero que les puede otorgar un préstamo que necesitan con urgencia y no entenderá las posibilidades de crecimiento que tiene su empresa además de el significado y futuro de la misma, ni un proveedor con el cual necesita llegar a algunos acuerdos para contar con materias primas de calidad, a tiempo y con buenos precios. Por eso, aquel que genera más confianza y más emoción, ese será el que venderá más o obtendrá mejores resultados para su empresa.
Existen personas que pasan mucho tiempo tratando de contar buenas historias y no lo logran nunca.
Si se cuentan bien las historias y se dedican a lo que sea, les va a ir mucho mejor, van a tener mejores resultados, van a vender mucho más y por tanto van a generar más confianza.
Tenemos que darle importancia a la comunicación y por supuesto a la palabra. A veces se habla y no se sabe realmente qué se dice. Una sola palabra te puede cambiar la vida e incluso te pudiera alejar de aquella persona a la cual quieres convencer de algo muy importante para ti. Por tanto, esa situación pudiera generar un rechazo o permitir un acercamiento.
La comunicación es la gran asignatura pendiente que tenemos. Es fundamental escuchar para comprender a nuestro interlocutor. Es necesario mirar a los ojos de la gente con la cual hablamos. En todos los ámbitos es fundamental comunicar bien. El problema es que nos han formado como receptores y no como emisores.
Mucha gente se deja dominar por el miedo escénico, distinto es tener una tensión escénica que es algo más común. Comunicar cansa porque tienes que usar mucho las cuerdas vocales, comunicar bien, cansa todavía más, porque estamos buscando la palabra exacta para que nos comprendan mejor. La tensión la podemos controlar si buscamos la forma de ambientarnos primero donde vamos a realizar nuestra comunicación, por otro lado, tenemos que llevar preparado nuestro argumento y que el mismo sea bueno, bien pensado, bien planteado, para no decir cosas sin sentido, para llegarle al corazón del interlocutor.
Debemos haber comido bien, llevar ropa cómoda. En definitiva, con la práctica y el ejercicio se va venciendo esa tensión. La tensión te ayudará a sacar lo mejor de ti mismo. Se deben concentrar en la actividad que se va a realizar.
A parte de la técnica de la comunicación, es muy importante el contenido de ella, es necesario prepararlo todo, no improvisar. Adicionalmente, es importante la comunicación no verbal, el tono de voz. La comunicación llegará más si se le dicen cosas interesantes al interlocutor y así te prestará más atención, ya que siempre tendrán la curiosidad de saber que les vamos a decir, por eso se debe ser auténticos, se deben plantear asuntos concretos, con ejemplos, dando experiencias. Se tiene que hablar en el lenguaje que le gustara al interlocutor. Se les tiene que conmover. Se tiene que hablar con mucha humildad.
Es necesario tener material de apoyo bien estructurado y un resumen por si algo se nos escapa. Debemos evitar que se nos sienta arrogantes en nuestros planteamientos. Debemos estar atentos al estado anímico de nuestro interlocutor. Se deben hacer pausas para que podamos dar un mínimo descanso al que nos escucha.
Definitivamente, una sola palabra o muy pocas palabras nos pueden situar mucho mejor o no, en el escenario profesional, personal, empresarial o social en el que vivimos. Por eso, si son capaces de cuidar la palabra, de prepararla, de envolverla y presentarla en silencio, en pausa, lograremos que, con esas ideas, podamos defender mejor nuestras posiciones y seremos capaces de hacer un mundo mejor.
Italo Olivo
www.iolivo.com