La única causa por la cual no hay gasolina, falta gas doméstico, el agua sigue siendo suministrada en camiones cisternas, todos los días hay fallas eléctricas y hasta es imposible comunicarse en el propio territorio nacional por deficiencias en el servicio telefónico, es porque, desde hace veinte años, se carece de planificación y, por supuesto, de inversiones.
Así, tajantemente, lo resume el ingeniero Miguel Nucete, expresidente de la Fundación para el Desarrollo de la Región Centroccidental (Fudeco), al ser entrevistado por Elimpulso.com.
Concretamente, en lo que respecta a Lara, donde tenía su sede ese organismo, no se sabe a donde fueron a parar todas las documentaciones que se encontraban en la biblioteca, después que el edificio fue tomada por el régimen para el funcionamiento de Corpolara.
En ese departamento estaban no sólo los proyectos para esta entidad, sino para todos los demás estados de la región centroccidental de Venezuela.
Es posible que ni siquiera fuesen revisados, porque de lo contrario algunos de esos proyectos hubiesen sido ejecutados, porque contenían toda la planificación necesaria y realizada por expertos que venían trabajando desde hacía años en el mejoramiento y ampliación de los servicios.
El servicio más indispensable – el agua- no ha tenido ningún interés para las autoridades, ya que en 1998 había 60 embalses para el almacenaje del preciado líquido. Esos son los que existen hoy día, pero ninguno de ellos ha tenido el mantenimiento indispensable. Y ni siquiera se ha construido uno, ni se construirá, porque en este momento no hay recursos, dijo Nucete.
De la misma forma se puede decir del resto de los servicios y el que más llama la atención es el de combustible, porque la escasez de gasolina en el país que tiene las reservas más grandes del planeta, indudablemente, es un hecho inusitado y pareciera increíble si no lo viviéramos todos los días.
«Aquí hay ministerios de diferentes actividades, pero no existe uno de Planificación, ni organismos que se ocupen de esa materia como en el pasado, ya que este aspecto es el fundamental para la administración pública, porque, primeramente, se debe saber con cuántos recursos económicos cuenta la nación, establecer las prioridades y determinar el tiempo en ejecutar obras».
Dentro de la diáspora que ha tenido el país, calculada en casi cinco millones de personas, se encuentran precisamente los profesionales que requiere Venezuela para resolver los problemas de esta crisis. Y se han ido porque no tenían oportunidad de mejorar sus condiciones de vida.
«Si hoy tenemos una situación sumamente grave por la falta de los servicios básicos, no dudemos de que el día de mañana estos problemas continuarán y posiblemente empeoren, porque nada se ha planificado para que mejoren, ni mucho menos se han previsto las inversiones», sentenció el ingeniero Nucete.