Concluida la contienda electoral regional es necesario concertar esfuerzos políticos para lograr incluir en los presupuestos nacionales varias obras de interés regional, hoy paralizadas, a medio tren o sin iniciarse.
La aceleración de las obras del Proyecto Yacambú es vital para poder mitigar la sed de miles de hogares larenses, además del gran impacto positivo en el Valle de Quíbor.
La culminación de la Planta de Tratamiento de aguas servidas de El Taque y sus aducciones urge para sanear el Río Turbio y resolver graves problemas de contaminación por cloacas en Cabudare y otras comunidades.
La rehabilitación del ferrocarril centrooccidental es una deuda social, pues su parálisis afecta la economía regional en alto grado.
Transbarca requiere ser activado a plenitud culminando las ampliaciones viales, los terminales de trasbordo y el Terminal de Pasajeros esencial, para que Barquisimeto cuente con un servicio, que contribuya a la humanización de la ciudad.
Por último, refiero el tramo de Autopista Veragacha-La Campiña, de 13,5 kilómetros, para evitar, que el tráfico inter regional siga pasando por la intercomunal Barquisimeto – Cabudare, foco permanente de graves siniestros y cuantiosas pérdidas de tiempo, para los transportistas.
Las inversiones en Educación y Salud deben incrementarse sustancialmente.
Todas estas obras son de alta importancia, para el área metropolitana de Barquisimeto. Será necesario agregar otras, en diferentes partes de la región, como por ejemplo la carretera Siquisique–Río Tocuyo.
La diatriba política estéril debe quedar de lado y las gestiones ante las instancias nacionales deben ser adelantadas, con representantes de todas las fuerzas políticas y otros actores de la vida regional. Los Parlamentarios Regionales y Nacionales deben analizar estas y otras propuestas, y deben convertirse en gestores y contralores de esos proyectos.
