Más de 180 equipos en todo el mundo están en continuo desarrollo de una vacuna contra el coronavirus, esto según datos aportados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que está rastreando el progreso de cada uno.
Aunque normalmente se requieren años de pruebas para producirlas a gran escala, los grupos de científicos luchan por desarrollar una vacuna en un periodo no mayor a 18 meses.
Cabe destacar que las vacunas contienen imitaciones o partes del virus que se quiere atacar. Este es insertado en el cuerpo en dosis que no dañan al organismo y que activa el sistema inmunológico para que cree los anticuerpos para defenderse.
Debido a su alto grado de peligrosidad, las vacunas deben seguir altos estándares de seguridad puesto que serán administradas a millones de personas sanas.
Para probar las vacunas se cumplen 5 etapas: La preclínica donde se prueba en animales para ver una reacción inmunológica. La fase 1 se administra a un pequeño grupo de personas y se estudia sus reacciones.
En la tercera etapa, la fase 2, se replica la fase 1 con un mayor grupo de control y se estudia la dosis a gran escala. La fase 3 se amplía el número de personas de prueba y se añade un grupo de control con placebos (una inyección sin ningún principio activo para atacar la enfermedad).
En la fase 3 están la de la Universidad de Oxford y Astrazeneca, la de laboratorios Pfizer, la de la compañía biotécnica Moderna, la de la Universidad de Melbourne y tres de origen chino. Si alguna cumple con todos los procedimientos pasa a la aprobación y producción en masa.
Mientras avanza la carrera la OMS insiste en las medidas preventivas, como el uso de mascarillas o el distanciamiento físico.