Visto como modelo para el resto de Europa, Portugal supo controlar la pandemia de coronavirus y con ello se ganó el derecho de ser anfitrión del torneo de clubes de fútbol más importante del mundo.
Portugal será el foco de la atención a partir del miércoles, cuando ocho de los mejores equipos de Europa pugnarán por la Liga de Campeones. Lo harán en medio de un estricto protocolo sanitario.
En buena medida por su respuesta ante la pandemia, la UEFA decidió montar el minitorneo en dos estadios de Lisboa en las próximas dos semanas. Pero no se permitirá la presencia de público en las gradas en los cuartos de final que se jugarán esta semana, las semifinales a mediados de la próxima y la final del 23 de agosto..
Portugal sorteó mejor el embate del virus, a diferencia de otros países del sur europeo como Italia y su vecina España, donde murieron más de 63.000 personas por el COVID-19.
Los decesos no pasan de los 2.000 en Portugal, que respondió con premura cuando el brote llegó a sus países vecinos.
“La UEFA reconoció que Portugal era el lugar más seguro para recibir este torneo», dijo el martes el primer ministro portugués Antonio Costa en una teleconferencia con corresponsales internacionales. “Se han garantizado todas las medidas de bioseguridad para jugadores, técnicos, periodistas, visitantes y la comunidad portuguesa en general”.
Costa destacó la experiencia de Portugal como anfitrión de eventos deportivos. Fue la sede de la fase final de la primera edición de la Liga de las Naciones el año pasado, la final de la Liga de Campeones en Lisboa en 2014 y la Eurocopa de 2004.
Más adelante este año, el país será escenario de un Gran Premio de Fórmula Uno y una carrera de MotoGP, ambas en la ciudad de Portimão.
“Hemos podido ser anfitriones de la Liga de Campeones gracias al buen comportamiento del pueblo portugués en la lucha contra la pandemia», dijo el presidente de la federación lusa de fútbol Fernando Gomes.
La final se iba jugar inicialmente en el estadio Ataturk en Estambul. Madrid también se postuló para recibir el minitorneo.
Portugal, con una población de 10,3 millones y una economía que depende mucho del turismo, registró una serie de brotes que suscitaron alarma hace un par de semanas y provocaron que se volvieran a aplicar restricciones en ciertas partes del país. Pero las cifras descendieron y han estado bajo control en la víspera de la Champions.
Hubo preocupación cuando el Atlético de Madrid informó de dos casos positivos en su plantel poco antes de viajar a Lisboa. Todo el equipo español debió someterse a pruebas y no fue hasta que recibió los resultados negativos que pudo trasladarse. Los otros siete participantes en los cuartos de final han reportado casos positivos entre sus jugadores.
Mientras estén en Lisboa, cada club deberá acatar el protocolo de 31 páginas para el regreso del fútbol de la UEFA.
Los futbolistas deben someterse a análisis antes de viajar al sitio donde se jugará y el día previo de los partidos. Todo aquel con un diagnóstico de coronavirus o “síntomas sospechosos o contactos” tendrá que someterse a una prueba pulmonar.
Las sedes en Lisboa son el Estadio de la Luz del Benfica y el Alvalade del Sporting Lisboa.