Para Colombia la atención a la migración venezolana no es un simple acto de vocación altruista. La integración del migrante a la sociedad colombiana es una oportunidad para el desarrollo del país a corto, mediano y largo plazo.
Así lo estima Felipe Muñoz, asesor del presidente Duque en materia migratoria y hasta la semana próxima, Gerente de Fronteras. El funcionario participó en un foro virtual organizado por el centro de Investigación Equilibrium CenDe que evaluó la situación de la migración venezolana en medio de la pandemia.
Identifica tres grandes problemas que debe abordar el Estado colombiano en el tema migratorio de manera inmediata: la necesidad de trabajar sobre el tema de viviendas para el migrante, enfrentar la creciente xenofobia y la necesidad de afiliar al sistema de salud a los migrantes con Permiso Especial de Permanencia, PEP, una población estimada en 700 mil personas aproximadamente.
Sobre el primer tema tuvo una buena noticia: el gobierno colombiano tramita dos créditos ante el Banco Mundial y el Banco Interamericano para el Desarrollo para financiar proyectos de habitabilidad para la población migrante.
Muñoz estima que el gobierno colombiano ha trabajado duro para dar respuesta a una migración masiva para la cual no estaba preparado. “Nadie podía estar preparado para la dimensión de la llegada al país de 2,3 millones de personas entre inmigrantes venezolanos y unos 500 mil retornados, que son colombianos con derechos”.
Reconoce que una de las principales críticas que reciben es que se elabora política pública de corto plazo rechazando esta postura al afirmar que medidas como el PEP laboral y educativo, que plantean la regularización del migrante, miran más hacia el mediano plazo.
“Se están haciendo grandes esfuerzos en el tema de salud, tanto en el sistema contributivo como en el subsidiado. Está casi listo el nuevo PEP educativo para regularizar la situación de los estudiantes hijos de migrantes, entre otras acciones”.
Desde su perspectiva la visión del gobierno es la de ver la inmigración como una oportunidad y su énfasis, además de los elementos señalados, es el proceso de integración económica del migrante y para ello se fortalece el Servicio Público de Empleo, la nueva identificación biométrica, la inclusión financiera además de otras medidas. “Esta es una visión, de largo plazo”.
Sobre la xenofobia Muñoz afirmó que hay un problema de percepción de la inmigración en la opinión pública que se prevé enfrentar en el sistema educativo incluyendo en los programas temas de integración, “ya hay 347 mil niños y niñas venezolanos en nuestro sistema educativo”. Adicionalmente campañas permanentes contra la xenofobia por parte de entidades como Migración Colombia y el incremento de acciones en materia de seguridad para enfrentar a organizaciones criminales que se dedican a captar migrantes para sus delitos.
Reconoce que mucho depende del acierto en la integración económica y social. “Es un tema complejo y transversal que involucra a 19 entidades del Estado colombiano, gobernaciones, alcaldías, la cooperación internacional y ONGs”
Considera vital la participación de los poderes locales en el proceso de integración del inmigrante, “tanto gobernadores como alcaldes deben ser los gestores de la política de inmigración a nivel local”. Recuerda que existen instrumentos legales como la Ley de Fronteras y la nueva Ley Migratoria que se discute en el Congreso de la República.
Muñoz renunció a su cargo como Gerente de Fronteras y delegado especial presidencial para la Migración del Gobierno de Colombia y pasará, a partir de la próxima semana, a la gerencia de Migración del Banco Interamericano de Desarrollo.
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