“Mi hermana llora todo los días porque tiene dos meses que no ve a su familia”, fueron las declaraciones de la hermana de una de las personas que se encuentra aislada en el conjunto residencial Villa Bolivariana desde el mes de mayo, sitio de aislamiento para las personas contagiadas con COVID-19.
La fémina conversó con el equipo periodístico de Elimpulso.com desde las adyacencias de este centro de aislamiento, ubicado en el oeste de Barquisimeto, y reveló que su hermana tiene aproximadamente dos meses sin comunicarse con su familia.
“Mi hermana se fue en enero para Colombia a trabajar y así poder ayudar a sus dos hijos, uno de 17 y otro de 11. En vista de que no le fue tan bien como ella esperaba regresó al país y desde ese momento comenzó lo que nosotros llamamos un calvario. Hizo la cuarentena en la frontera, de allí la llevaron para un sector en San Cristóbal que se llama El Rubio y después como a mediados de mayo llegó acá a la Villa Bolivariana y desde ese momento no la hemos visto físicamente”, relató.
Aunque no quiso revelar su nombre por temor a represalias, la mujer señaló que la estadía de su hermana en la Villa Bolivariana se convirtió en un “verdadero infierno”, pues asegura que debido a la mala alimentación, su pariente ha perdido más de 10 kilos.
“Una amiga de mi hermana que estaba con ella y fue dada de alta nos dijo que mi hermana está demasiada flaca y ha perdido alrededor de 10 kilos. Nos dijo que ella llora cada vez que se ve y sufre mucho por no saber nada de sus hijos. Además, la última vez que hablamos con ella nos comentó que solo le dan una empanada a las 10:00 de la mañana, el almuerzo lo sirven a las 3:00 de la tarde y la cena a las 10:00 de la noche. El consumo es de puro carbohidratos, nada de proteínas”, aseveró.
Comentó que su hermana salió dos veces negativo en la prueba, pero «debe esperar que le hagan la tercera para descartar que no tenga el virus, pero mientras eso no suceda debe esperar encerrada en una habitación, poco cómoda, con otras personas«.
Por su parte, la hija de la persona aislada, de 17 años, contó que hasta ahora su mamá no ha recibido ningún tipo de maltrato, pero precisó que los funcionarios de seguridad que se encuentran allí castigan severamente a las personas que no cumplen con las directrices de la Villa Bolivariana.
“Hay una grabación donde las personas dicen: tenemos hambre, Carmen Meléndez, y por decir ese tipo de cosas los castigan. La gente allí está desesperada”, comentó.