Las autoridades brasileñas de salud comenzaron este martes una prueba de tres meses a una nueva vacuna contra el coronavirus producida por la compañía farmacéutica china Sinovac, una de las pocas empresas en el mundo que están en las etapas finales de las pruebas de vacunas para demostrar su efectividad.
Si la vacuna resulta segura y efectiva, Brasil recibirá 120 millones de dosis de China a principios del próximo año, lo que permitirá la vacunación de 30 millones de brasileños, dijo en una conferencia de prensa Dimas Covas, presidente del Instituto Butantan, que coordina el estudio.
Es una de casi una veintena de vacunas potenciales que se encuentran en diversas etapas de ensayo en seres humanos en todo el mundo.
Las fuertes tasas de contagio de COVID-19 en Brasil lo hacen útil para hacer pruebas, pues la presencia generalizada del nuevo coronavirus demostraría que la potencial vacuna funciona. El ministerio de Salud federal informó el lunes que Brasil ha registrado más de 2 millones de casos confirmados de COVID-19 y 80.120 muertes.
Brasil también está ayudando en los ensayos de una vacuna contra el coronavirus producida por una asociación de la Universidad de Oxford y la compañía farmacéutica AstraZeneca. Adicionalmente, las autoridades federales autorizaron el martes las pruebas de una tercera vacuna producida por Pfizer y BioNTech.
Las pruebas de Sinovac —que se realizarán en 9.000 voluntarios, todos profesionales de la salud, en seis estados brasileños— están siendo coordinadas por Butantan, un instituto científico del estado de Sao Paulo que ha estado produciendo vacunas durante más de un siglo.
La mitad de los voluntarios recibirá dos dosis de la vacuna a partir de esta semana, mientras que la otra mitad recibirá dos dosis de un placebo.