“El arte de lo posible” es la definición de la política que mejor encaja tras el sorpresivo viraje del presidente norteamericano Donald Trump respecto al régimen venezolano.Se trata de la política real en la que creen los lideres norteamericanos. Para ellos la misma no es una cuestión de principios sino práctica en la disputa por el poder entre dos fuerzas.
Históricamente el liderazgo político estadounidensese ha caracterizado por no creer en cuentos de camino. Son la supremacía del más vivo pragmatismo al momento de decidir rupturas o pactos con el enemigo. No se creen con la verdad absoluta en materia de modelos sociopolíticos, ni tampoco pretende imponerlos y mucho menos pierden su tiempo en debates ideológicos. Pero defienden a capa y espada el sistema económico más efectivo del mundo: la economía capitalista de mercado.
A esa visión del hombre y la sociedad se adhiere Trump. Si en alguien se juntan los conceptos y hechos más crudos de la política es en su persona.Es el que repentinamente dejó solos a sus aliados los kurdos, en 2019 en Siria, a merced de la dictadura de Bashar Háfez al-Asad y sus protectores rusos.
A la luz de esa realidad y los hechos de la política venezolana por parte de la oposición, no sorprende esta postura de un hombre profundamente pragmático como Donald Trump. Ello más su autoritarismo y capacidad para la maniobra y oportunismo. Es de los que baila con el diablo si tiene que salir del infierno.Así de acuerdo con Fernando Cult: “Trump tiene una atracción por líderes autocráticos”.En ese sentido Maduro ha sabido jugar duro, aunque sigue siendo un tigre de papel que mete miedo, pero es derrotable.
Pero visto en frío pensamos que nunca ha estado planteada una invasión armada por parte de EEUU a Venezuela. Un hecho no factible hoy visto que estamos en este mundo de la posmodernidad donde han cambiado las relaciones de la geopolítica. Algo que curiosamente favorece circunstancialmente a tiranías estalinistas de izquierda como la de Venezuela. Al tiempo que el centro gravitacional de la crisis se traslada al exterior.
En camino viene un diálogo con Maduro que podría cambiar la marcha de los candentes acontecimientos al interior y exterior de Venezuela. En este sentido el mandatario estadounidense es de lo que piensa que “se pierde muy poco cuando se dialoga”. Es el viejo expediente del veterano político que aparenta dureza al exterior, pero es suave al interior.
Por los vientos que soplan todo indica que será de un diálogo marcado por la agenda del todo o nada al compás del bolero “Te vas porque yo quiero que te vayas”.
Freddy Torrealba Z.