Venezuela inicia este lunes la reactivación parcial de algunas actividades económicas entre temores de quiebres masivos de empresas y la incertidumbre generada por la entrada en vigencia de una fuerte alza de la gasolina que por primera vez en la historia se venderá a precios internacionales y se pagará en divisas.
Luego de dos meses y medio de paralización por la cuarentena que se impuso para frenar el nuevo coronavirus, la construcción, la banca, las industrias textil, química y de calzados, el transporte, las consultas médicas, las ferreterías, las peluquerías, los servicios de plomería y refrigeración, los talleres mecánicos y las ventas de repuestos reactivarán las actividades bajo un esquema de cinco días de trabajo y diez días de descanso.
Los sectores que reabrirán deberán operar en horarios que fijó el gobierno para evitar las aglomeraciones de personas.
Los centros comerciales, los lugares de recreación y deporte, el sector turismo, y los centros educativos, entre otros, seguirán paralizados, y se mantendrán las operaciones de la agroindustria, los comercios de alimentos, los servicios públicos y los centros de salud que han sido únicos sectores que se les ha permitido operar durante a cuarentena.
Entre los empresarios existen muchas dudas sobre cómo funcionará la reactivación parcial de la economía debido a la severa escasez de combustible, que se profundizó en los últimos dos meses y que paralizó gran parte del transporte público y privado, que podría generar dificultades de movilidad para los trabajadores y clientes, y los temores que hay entre la población por el repunte del coronavirus que ya alcanza a los 1.496 casos y 14 fallecidos.
“La economía va a arrancar muy lentamente”, dijo a Associated Press la empresaria María Carolina Uzcátegui, ex presidenta de la mayor cámara de comerciantes del país, al reconocer que ante las “señales fuertes de precariedad de los servicios” para muchas empresas será muy complicado retomar las operaciones.
Uzcátegui afirmó que la caída de flujo de caja y del consumo que se ha registrado en los meses de confinamiento han golpeado fuertemente a los debilitados sectores empresarial e industrial, cuya capacidad de producción ha caído en más de 50%.
“Son muchos los que no van a tener capacidad de volver a abrir”, sostuvo la empresaria.
Venezuela enfrenta la depresión económica mundial generada por la pandemia en medio de una compleja situación que se prevé que se agravará por efecto de la caída de 70% de los ingresos petroleros, los seis años consecutivos de contracción, la desconfianza y pérdida de valor de la moneda, la destrucción de la capacidad productiva y las sanciones de Estados Unidos, sostuvo el economista Luis Vicente León, presidente de la encuestadora local Datanálisis.
León afirmó que la nación suramericana está en medio de una “tormenta perfecta” que generará efectos devastadores en el país.
El Fondo Monetaria Internacional proyectó que la economía venezolana enfrentará este año una caída del 15% del Producto Interno Bruto y una inflación de 15.000%.
La compleja crisis, dominada por la hiperinflación, mantiene a 9,3 millones de personas, aproximadamente un tercio de la población, en una situación de “inseguridad alimentaria” moderada o grave, según un informe de febrero del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas.
La flexibilización de la cuarentena coincide con un plan nacional abastecimiento de gasolina que el gobierno arrancó este lunes con la apertura de más de mil estaciones, muchas de las cuales habían cerrado en los últimos dos meses.
Hasta el momento las autoridades no han informado con cuánto combustible cuenta para abastecer el país que antes de la cuarentena tenía una demanda de unos 127.000 barriles diarios. El gobierno recibió la semana pasada cinco tanqueros de Irán con unos 1,5 millones de barriles de gasolina y aditivos para cubrir la escasez.
Las autoridades también pusieron en vigencia este lunes un esquema dual de precios del combustible que se venderá a 50 centavos de dólar el litro y se pagará en divisas en unas 200 estaciones privadas, mientras que en las restantes 1.368 estaciones públicas se comercializará al precio subsidiado de 5.000 bolívares (dos centavos de dólar) por litro y se limitará el suministro a 120 litros mensuales para los vehículos y 60 litros mensuales para las motocicletas.
Por décadas la nación petrolera ha tenido la gasolina más barata del mundo que se vendía a menos de 10 centavos de dólar el litro, pero en los últimos meses debido a la fuerte escasez comenzó a negociarse en el mercado negro entre 2 y 3 dólares el litro, muy por encima de los precios internacionales.
Para evitar que el fuerte incremento de la gasolina impacte en la inflación el gobierno fijó un subsidio del 100% para el transporte de carga y público, pero los analistas prevén que el esquema dual de precios estimulará una mercado negro del combustible que terminará impactando sobre el valor de la mayoría de los bienes.