Hubo de todo: grandes tormentas, vientos tempestuosos y subidas de las aguas, acompañados por turbulencias en la atmósfera, la economía y la política. Rara vez se ha visto un año tan agitado como el que termina.
Resurgieron viejas rivalidades en el Medio Oriente, que hicieron peligrar el legado de la primavera árabe del 2011. Israelíes y palestinos se bombardearon mutuamente por primera vez en bastante tiempo y una insurrección en Siria ha causado más de 40.000 muertes. Cuatro estadounidenses, incluido el embajador en Libia, fueron asesinados durante un ataque al consulado estadounidense de Bengazi.
La Unión Europea recibió el Premio Nobel de la Paz por sus esfuerzos para resolver conflictos, pero su sonado experimento con una divisa única corría serio peligro. Los griegos salieron a la calle a protestar medidas de austeridad y en varios países los inmigrantes tuvieron que soportar un embate de los fascistas. España, Portugal e Italia, mientras tanto, no logran salir de sus crisis económicas.
Fue un año particularmente duro también en el plano emocional, que casi al final registró la matanza de 20 niños y seis adultos –incluida la madre del asesino– de una escuela primaria de Estados Unidos . Pocas veces un episodio generó tanta pena e irritación.
El huracán Sandy azotó con saña Nueva York y sus alrededores, una región que jamás ve ese tipo de fenómenos. Mató a cientos de personas, dejó miles sin techo y causó enormes destrozos.
Cuando las aguas finalmente cedieron, mucha gente que no prestaba demasiada atención al calentamiento de la Tierra comenzó a preguntarse si las temperaturas no estarán cambiando realmente y si el ser humano es responsable de esos cambios.
rónicamente, Sandy tal vez haya ayudado a que Barack Obama conserve la presidencia de los Estados Unidos. Con su popularidad en alza por la respuesta del gobierno al temporal, Obama derrotó al republicano Mitt Romney, conquistando la abrumadora mayoría del voto hispano y de otras minorías.
En Estados Unidos se aceleró levemente la recuperación de la crisis económica que el mundo arrastra desde el 2008. El repunte, no obstante, puso de manifiesto lo mucho que las cosas han cambiado. Las fábricas comenzaron a contratar gente nuevamente, pero con frecuencia no encontraron el personal con las aptitudes que buscaban. Y la brecha entre las personas con un título universitario y las que no lo tienen se incrementó.
Un estudio indicó que incluso en lo peor de la recesión, siempre fue en aumento la cantidad de puestos disponibles para personas con títulos. Y que, por el contrario, cada vez hay menos plazas para la gente que no tiene estudios universitarios.
En medio de todas las desgracias, hubo numerosos logros del género humano.
Felix Baumgartner, un ex mecánico de autos austríaco de 42 años, trepó en una especie de cápsula hasta los confines de la atmósfera y se tiró al vacío. Su caída duró nueve minutos, en los que recorrió 38 kilómetros (24 millas) y rompió la barrera del sonido antes de abrir un paracaídas y aterrizar a salvo en el desierto de Nuevo México.
En una empresa igualmente emocionante, científicos suizos terminaron de explicar el funcionamiento básico del universo, dando forma definitiva a la teoría del «modelo standard» para explicar el origen de las partículas. Los expertos dijeron estar casi seguros de haber hallado la «partícula de Higgs», la pieza que faltaba para armar el rompecabezas.
En los Juegos Olímpicos de Londres, el jamaiquino Usain Bolt demostró ser el velocista más grande de todos los tiempos y el nadador estadounidense Michael Phelps pasó a la historia como el deportista olímpico más condecorado.
El argentino Lionel Messi, por su parte, afirmó su estatura como uno de los futbolistas más grandes de todos los tiempos al destrozar el récord de mayor cantidad de goles anotados en un mismo año. Marcó nada menos que 90 con el Barcelona, quebrando la marca de 85 que tenía Gerd Mueller desde hacía cuatro décadas.
Hubo nubarrones en otros terrenos, que podrían generar tormentas.
El Congreso estadounidense aprobó en febrero el vuelo de aparatos no tripulados en el espacio aéreo nacional a partir del 2015. ¿Serán usados los «drones» para mejorar la seguridad o se convertirán en una herramienta de vigilancia, como temen algunos?
China, mientras tanto, presentó su primer portaviones, haciendo que surja el espectro de una posible carrera armamentística en el futuro. Los chinos, por otro lado, sufrieron una desaceleración de su economía.
¿Será posible enderezar el rumbo o son estos los primeros indicios de un terremoto político y económico?
Foto: Archivo