El confinamiento por la pandemia de COVID-19 no impide que los ciudadanos protesten en reclamo de sus derechos económicos, sociales, civiles y políticos. Pero sí ha incidido en una disminución en comparación con el año pasado. De acuerdo con el informe de abril 2020 del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en ese mes hubo 716 protestas en el país, 64% menos con respecto a abril de 2019, que se registraron 1.963 protestas.
Bolívar es el noveno estado con más protestas, 28 reclamos se contabilizaron en la entidad durante abril. Los estados que lideran el conteo son Táchira (125), Mérida (115), Miranda (72), Falcón (50) y Anzoátegui (46).
De acuerdo con el OVCS, 87% de las manifestaciones fueron por derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, y el porcentaje restante por derechos civiles y políticos. Asimismo, hubo un incremento en las protestas en reclamo de alimentos y gasolina.
El desabastecimiento de combustible incidió en 176 protestas en abril, liderando esta vez el Distrito Capital y Falcón, con 18 manifestaciones. En Bolívar fueron seis reclamos por falta de gasolina.
“Durante la emergencia de COVID-19 las autoridades anunciaron un plan de atención especial para la venta de gasolina a sectores prioritarios que incluye a los trabajadores del sector salud, sin embargo, estos forman parte de quienes lideran las protestas por gasolina. Denuncian que pasan hasta dos días en colas para poder surtir y cuando logran hacerlo, solo consiguen llenar de 10 a 20 litros de combustible. Trabajadores del sector salud se vieron obligados a realizar filas, lo que ocasionó que muchos optaran por asistir a los centros asistenciales a pie, en bicicleta o tuvieran que pagar exagerados montos por combustible”, indica el informe.
En Bolívar también se restringió el suministro de gasolina a los sectores prioritarios. Solo permiten surtir 20 litros cada tres o cuatro días. Las ventas clandestinas de combustible cobran de 1.5 a 4 dólares el litro de gasolina. Los pacientes crónicos también se han visto afectados, ya que denuncian que pasan largas horas en cola para, con suerte, surtir apenas 10 o 20 litros de gasolina.
“En abril se registraron diversos casos de robo y hasta heridos de bala durante las colas. La falta de combustible ha impactado en un alza de los precios de bienes y servicios, dificultad de las operaciones comerciales debido a la imposibilidad de traslados. Ante la escasez de gasolina en ciertos estados del país se han detectado el traslado de productos en bueyes, mulas y caballos. El sector agropecuario ha señalado la pérdida de la producción del campo debido a la imposibilidad de trasladarla por la falta de gasolina”, agrega el informe.
El problema del combustible conlleva también a que usuarios del transporte público paguen altos montos en dinero efectivo o en moneda extranjera, para trasladarse, situación que los obliga a transitar a pie grandes distancias para adquirir alimentos y llegar a sus hogares.
Características de las protestas de abril
Las principales características que el OVCS registró en las protestas de abril fue la profundización del autoritarismo, mecanismos de control social y restricción de derechos como respuestas institucionales a la pandemia por COVID-19.
Restringieron más las medidas para el libre tránsito, mientras se incrementó la carestía de alimentos y productos de higiene personal.
En nueve estados hubo saqueos o intentos de saqueos, para un total de 32 en todo el país. Bolívar, Anzoátegui y Sucre fueron los estados con el mayor número de casos, cinco en cada entidad. En el caso de Bolívar se contabiliza en estos hechos a una persona asesinada durante los saqueos en Upata, el pasado 23 de abril: Charlis Núñez, de 29 años de edad, quien recibió dos disparos en la cabeza, presuntamente por parte de un funcionario de PoliPiar, puesto a la orden del Ministerio Público.
Estas protestas también significaron detenciones, amedrentamiento y amenazas contra periodistas, defensores de derechos humanos y trabajadores del sector salud por informar sobre la situación del COVID-19.
En abril continuaron, y en algunas zonas se agudizaron, las fallas en la prestación de servicios básicos como agua, electricidad y gas doméstico, los servicios más demandados en Bolívar, de acuerdo con el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos.
De las 716 protestas en abril, 464 fueron por servicios básicos; 242 por electricidad, 158 por agua y 64 por gas doméstico. 146 de las manifestaciones estuvieron vinculadas a la crisis alimentaria. La mayor parte de los reclamos se atribuyeron al incremento de precios, detalló el OVCS.
“En medio de la pandemia por COVID-19, el derecho a la salud se mantiene en el foco de atención. Sin embargo, en Venezuela no están garantizadas las condiciones para quienes se desempeñan en este sector. Los profesionales de la salud, junto a pacientes y familiares, protestaron en 102 ocasiones ante la falta de infraestructura, dotación de materiales e insumos de uso común y de bioseguridad para atender la pandemia”, destaca el observatorio.
En el conteo se incluyen 97 protestas por derechos laborales, 50 vinculadas a la exigencia de derechos políticos y 35 de privados de libertad y familiares.
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