La convocatoria a elecciones presidenciales para agosto en medio de la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus ha vuelto a generar tensiones en Bolivia con una abierta confrontación entre la presidenta interina Jeanine Áñez y el partido del exmandatario Evo Morales.
La mandataria rechazó la convocatoria y se negó a promulgarla “en defensa de la salud y la vida de los bolivianos” en una carta al país emitida al filo de la medianoche del jueves, poco después de que la Asamblea Legislativa, dominada por el Movimiento al Socialismo (MAS), aprobó una norma llamando a comicios en 90 días a partir del 3 de mayo.
“Mi candidatura tiene la fuerza, no sólo para competir en la elección, sino para ganar las próximas elecciones, pero sería una irresponsabilidad terrible anteponer los intereses políticos antes que la salud y la vida de los bolivianos”, dijo la mandataria.
Ante la negativa de Áñez la presidenta del Senado, Eva Copa, se adelantó a promulgar la norma abriendo la posibilidad de un conflicto de poderes.
Desde Buenos Aires, donde está refugiado, Morales felicitó a sus correligionarios y dijo que el “Legislativo cumplió con Bolivia y promulgó la ley para ir a lecciones” desde su cuenta de Twitter.
La aprobación de la norma motivó manifestaciones de rechazo y apoyo. Simpatizantes de Morales detonaron petardos en barrios de La Paz y algunos salieron a manifestarse a las calles en la vecina ciudad de El Alto. En otros barrios de la capital los opositores se manifestaron con cacerolas desde sus ventanas, según imágenes que difundieron las redes sociales.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE) había sugerido realizar los comicios en un rango de fechas desde julio hasta septiembre. El viernes todavía no se había pronunciado.
“No porque se haya aprobado la norma quiere decir que las condiciones están dadas para ir a las elecciones. Estamos en un momento crítico debido a la pandemia. Noventa días es una fecha poco probable. El TSE deberá decir si está en condiciones de realizar los comicios”, opinó el analista Franklin Pareja.
Áñez asumió la presidencia interina en noviembre en medio de violentas protestas que derivaron en la renuncia de Morales tras casi 14 años en el poder por acusaciones de fraude en los comicios en los buscada un cuarto mandato. Las manifestaciones cobraron la vida de 35 personas.
La mandataria asumió con el compromiso de llamar a elecciones en 90 días pero una complicada transición política y la emergencia sanitaria obligaron a postergar las elecciones inicialmente programadas para el 3 de mayo. Contraviniendo su promesa, Áñez decidió postularse por la alianza de centroderecha Juntos.
En su carta, la presidenta acusó a Morales de “manipular” desde Argentina a su candidato, el exministro de Economía, Luis Arce, a quien las encuestas dan como favorito pero sin una mayoría suficiente para ganar en primera vuelta.