La mejor forma de pasar la Navidad es en familia; entre quienes cada día comparten la vida, los sueños y alegrías.
Sin embargo, decenas de personas pasan la Nochebuena sirviendo al prójimo, llevando a plenitud el mandato de Jesús, quien hace años pidió “amar al prójimo como a uno mismo”.
Es así como hombres y mujeres, dejan sus casas, a sus familias, para atender a los enfermos, cuidar a los pobres, cubrir accidentes y hasta alegrar a los abuelos.
Estas líneas buscan reconocer y exaltar la labor de quienes cada 24 de diciembre se niegan a sí mismos para servir a los demás. Religiosas, doctores, enfermeras, bomberos, policías, y otras tantas personas, que entregan lo mejor de sí en beneficio del prójimo.
Allí está Jesús
Cuando llega el ocaso de la vida, el sueño de todo abuelo o abuela, es estar rodeada de sus nietos, del amor de su familia.
Pero, no todos tienen el privilegio de envejecer entre sus seres amados. Es así como decenas de personas de la tercera edad concluyen su existencia entre las paredes de un ancianato.
Afortunadamente, almas llenas del amor de Dios intentan llenar ese vacío que han dejado los familiares y asumen el compromiso de atenderlos como a su propia familia. En el Hogar San Vicente de Paúl, las hermanas de la Caridad, tienen la vocación de cuidar a las abuelas y brindarles todo el amor que el mismo Señor siembra en su corazón.
La hermana Rosa relató su experiencia como directora. “El 24 de diciembre intentamos llenar de alegría a las abuelas, darles todo el amor que les falta de su familia. Tenemos la misa y concluimos la novena del Niño Jesús con miembros de la comunidad. Además, hacemos el pesebre viviente con las mismas abuelas”.
La hermana Rosa jamás imaginó que esta sería su labor y el sentido de su servicio. “Nos ocupamos en que todas estrenen su ropa, que estén felices. Tengo 31 años como religiosa y me hace feliz poder descubrir a Jesús en los ojos de cada abuela”.
El testimonio de estas religiosas demuestra que Dios vive, y sonríe en el corazón de cada ser humano.
Sanar el corazón
La señora Carmen de Rodríguez es enfermera en el seguro social Pastor Oropeza. Una labor hermosa es brindar alivio a los pacientes que deben ingresar a cirugía por cualquier emergencia. “Los días 25, 31 y 1ero. de enero son muy movidos. Los pacientes quieren ir a casa en Navidad, estar en familia y siempre buscamos la forma de complacerlos”.
La calidad humana del personal de enfermería se evidencia la noche del 24, pues los familiares de los pacientes crónicos tienen un espacio para acercarse al área de hospitalización. “Acompañar a los pacientes en medio de su enfermedad es un servicio que debemos hacer con amor”.
Esta noche, dedique unos minutos para pensar en el prójimo, en quienes quizá no tienen los mismos privilegios que usted. Si de ese pensamiento surge alguna acción solidaria, esta noche será realmente Navidad.
Fotos: Simón Alberto Orellana