Cuando una población tan humilde, laboriosa, perseverante y tranquila, como la de Siquisique, llega al extremo de irritarse por la falta de gasolina, es porque ya no soporta las penurias que le causa la indisponibilidad de un combustible esencial para el desenvolvimiento de sus actividades y la posibilidad de seguir sobreviviendo a esta calamitosa situación en que nos ha sumido el régimen.
Porque la manifestación de protesta que hubo esta semana en la capital del municipio Urdaneta, del estado Lara, demuestra que ya la gente se está cansando de la irresponsabilidad de este régimen, declaró el abogado Fili Peña Canelón, exsecretario general de la gobernación del estado y exsecretario general de AD en Lara.
El problema de la gasolina es un problema nacional, que incluso ya está tocando a Caracas, agregó. Y la ira del pueblo, cuando éste espontáneamente se echa a la calle, sin tener quien lo controle, es un combustible más peligroso que la gasolina. Eso se ha visto en varias partes del mundo.
Por supuesto, que la responsabilidad la tiene el régimen con sus políticas equivocadas. En un arrebato presidencial, salió de todo el personal adiestrado, experimentado y eficiente, que había logrado convertir a PDVSA en la segunda empresa mundial de petróleo detrás de Aramco y le proporcionaba el 97 por ciento de los ingresos al país, para entregársela a los rojos rojitos y ya vemos los resultados: la quebraron.
Sus refinerías están, prácticamente, paralizadas y no está llegando gasolina, no por las sanciones que han sido impuestas a Nicolás Maduro y su entorno, sino porque ya nadie quiere traer ese combustible porque no hay dinero para pagarlo.
Muchos problemas
El país ya estaba inmovilizado en gran medida antes que apareciera el coronavirus Covid-19 y éste le brindó la oportunidad al régimen para impedir las protestas, que ya habían comenzado por la falta de ese combustible.
“Otro motivo porque la gente, acá en Lara, esté muy molesta es por la aplicación del toque de queda impuesto por la señora Carmen Meléndez, ya que sólo está permitiendo a la población poder realizar sus diligencias personales desde las siete de la mañana a las dos de la tarde. Pero, ese limitado tiempo, lo que ha hecho es que hayan aumentado las aglomeraciones en las calles y sobre todo en los establecimientos, donde se expenden alimentos, porque precisamente estos son los que la gente anda buscando desesperadamente”, dijo.
¿Cómo se entiende que se le pida a la población que haya un distanciamiento, mínimo de un metro en las colas, cuando los ciudadanos se arremolinan para comprar los comestibles? Además, cuestionó, la gente por falta de transporte tiene que salir muy temprano de sus casas y correr de regreso antes de las dos de la tarde, porque se le amenaza con ponerlos presos y pagar multas.
Ese decreto es inconstitucional, violatorio de los derechos humanos, arbitrario y cruel, dijo Peña Canelón, quien señaló además que la gente no sólo se desespera por los alimentos, sino por conseguir el gas doméstico y se angustia todos los días porque se suceden, sin previo aviso, los cortes de energía eléctrica y en algunas partes no hay agua, ni siquiera para lavarse las manos como se recomienda para prevenirse contra la Covid-19.