Sea seco, graso o mixto, el cutis es la parte del cuerpo más propensa a recibir los embates de los agentes externos, responsables de la aparición de arrugas y ojeras. Si bien los rayos solares constituyen una de las principales causas de la degeneración de la piel, la falta de sueño y el consumo excesivo de alcohol y tabaco también conllevan al envejecimiento prematuro.
En la temporada decembrina y de inicio de año, es común que las horas de sueño se reduzcan a causa de las fiestas que caracterizan esta época. No dormir suficiente hace que el cuerpo expida una cantidad excesiva de la hormona cortisol, disminuyendo la producción de colágeno y favoreciendo la aparición de estrías cutáneas.
Según el doctor Jaime Chacón, cirujano plástico del Hospital de Clínicas Caracas, “la ausencia de esta proteína provoca deshidratación y pérdida de elasticidad epidérmica y, por consiguiente, la aparición de surcos entre la boca y las mejillas, además de arrugas en el contorno de los ojos”.
El consumo excesivo de bebidas alcohólicas disminuye los niveles de nutrientes en el cuerpo, especialmente el de la vitamina A, dificultando así la circulación del oxígeno. La falta de este antioxidante, que a su vez facilita la producción del colágeno necesario para dar elasticidad y firmeza a la piel, causa que el rostro sea más propenso a evidenciar líneas finas y arrugas.
El humo del cigarrillo, además de afectar gravemente el sistema respiratorio, repercute en la salud de la piel. De acuerdo a estudios científicos del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan, se ha comprobado que el número de cigarrillos fumados durante el día y el número de años que la persona fumó es directamente proporcional al nivel de lesiones cutáneas.
Antes y después de los daños
Estudios científicos indican que la aplicación de toxina botulínica tipo A en la piel conduce a resultados muy naturales, que son satisfactorios y efectivos en los pacientes con respecto a la mejora de su apariencia. Estos procedimientos no invasivos, a diferencia de las intervenciones quirúrgicas, son más duraderos y tienen la ventaja de ser fácilmente ajustables y reversibles, de acuerdo a los cambios físicos del paciente a lo largo del tiempo.
La toxina botulínica tipo A, que no es un relleno sino un relajante muscular, se inyecta directamente en el músculo generador de arrugas dinámicas o líneas de expresión que generalmente se fijan en el contorno de los ojos y en el entrecejo. Dicho así, la aplicación de esta toxina resulta ideal antes del comienzo de las fiestas para prevenir la aparición de otras líneas tras los excesos.
Según el especialista “unas costumbres sanas y el uso de toxina botulínica tipo A deberían ser tomados en cuenta antes de que los signos del envejecimiento comiencen a hacerse visibles”.