Lo ocurrido el domingo pasado con las elecciones regionales establece una revisión en el liderazgo de la oposición venezolana, la cual puede llevar a una actuación marcada con otros valores, expone el Dr. Roberto De Vríes, comunicador social, médico siquiatra y experto en Imagen, Poder y Liderazgo.
Me llama más la atención que esos resultados están fundamentados en los triunfos de Henrique Capriles en Miranda y Henri Falcón en Lara.
Cuando uno observa a ambos mandatarios reelectos nos damos cuenta que representan un liderazgo nuevo, en el sentido que son más líderes sociales que políticos.
En nuestra metódica de hace muchos años, hay una diferencia entre lo social y lo político.
El político es de identidad y lo puso otra vez de moda el presidente de la República, Hugo Chávez.
Y hay un liderazgo social, que es de convivencia. Es muy difícil que éste pueda acceder al poder si no hay una fórmula política.
En nuestras investigaciones los líderes sociales nada tienen que ver con clases sociales, pues pueden provenir de diferentes estratos.
El líder político busca básicamente el bien social mediante un determinado pensamiento, mientras que el social anda siempre buscando la integración.
Me acuerdo mucho cuando Falcón pertenecía al chavismo y veía que mucha gente de oposición votaba por él.
Importante es de resaltar que tanto Falcón como Capriles son líderes de gestión, de grandes resultados, ya que al ser líderes sociales buscan más la satisfacción social de la población que el reforzamiento político.
Es interesante porque viniendo de mundos diferentes (Falcón es de extracción pobre, hijo de una maestra y de un trabajador del campo, mientras Capriles es de la clase media), representan el liderazgo social.
Durante los años 2006 y 2007 yo estudié mucho el liderazgo social y salió una teoría: la del líder ugunto.
Con estos resultados, ellos dos -Capriles y Falcón- van a ser los modelos de referencia de gestión y esto va a ser muy interesante porque, siendo casi los únicos, aparte del gobernador de Amazonas, por supuesto, serán los parámetros de evaluación de los demás mandatarios regionales.
Para mí hay toda una revolución con estos resultados porque la gente se va a guiar por las gestiones de Miranda y Lara, en las cuales no importaron ni siquiera los problemas presupuestarios.
A Capriles, por ejemplo, le quitaron los servicios de salud y el gobernador generó los puestos de socorro inmediato.
Hay solución de problemas y ellos van a poner un parámetro de gestión frente a los demás gobernadores. Será de mucho interés lo que se puede ver de ahora en adelante.
Otro de los resultados es el cansancio de los líderes tradicionales y, por supuesto, de los partidos tradicionales, siendo una paradoja porque si no hay partido de por medio, no hay cómo acceder al poder.
Una de las ideas que hemos venido estudiando es que la oposición puede estar muy motivada, pero al no haber un esquema de partidos, que no es la MUD ni un suprapartido, no hay compromiso.
La gente tiene que comprometerse. El domingo se dio cuenta de que se debe tener todo un esquema de compromiso.
El acceso al poder está hecho con el mundo político y no con el mundo social.
El liderazgo político busca poner una determinada ideología al servicio de una sociedad, mientras que el liderazgo social tiene muchos paradigmas, pero pone lo fundamental es buscar la convivenvia, sobre todo la convivencia de las diferencias.
La oposición necesita revisarse muy bien si quiere realmente el poder, a través del compromiso.
Como siquiatra veo que la gente quiere obtener todos los beneficios sin comprometerse y esto no es posible.
Tiene que haber una revisión de la pérdida de las gobernaciones. Por ejemplo, en Carabobo considero que la gobernación se perdió porque los Salas tienen mucho tiempo en el poder y la gente quería un rostro distinto.
Los políticos tienen que comprender lo que ha ocurrido en las otras gobernaciones porque, a diferencia de los liderazgos de Capriles y Falcón -y no me atrevo a meterme en Amazonas porque no conozco la labor de Guarulla-, son completamente diferentes a Pablo Pérez y César Pérez Vivas, por cuanto éstos son políticos que iban a lo social.
En cambio, los de Miranda y Lara utilizan lo político como una herramienta.
Desde el punto de vista sicológico, en mayo de este año en unas investigaciones que hicimos aparece un nuevo tipo de venezolano.
Por primera vez, el venezolano cambia de perfil. Deja de ser atractivo, simpático, líder, que eran las tres características básicas. Ahora, aunque parezca paradójico, es adaptable, con iniciativas y, además, que se considera muy inteligente.
Eso signfica un cambio de paradigmas. Ese venezolano, al atarse a partidos políticos tradicionales, le parece inconveniente.
Es un venezolano difícil, que da un perfil muy complejo, que va a aparecer con nuevas expresiones dentro de poco tiempo si nosotros tenemos razón.
Este nuevo venezolano no se va a comprometer por elementos tales como partidos políticos, sino que buscará una mejor convivencia, una mejor actitud hacia lo que significa su propio bienestar.
Hay una nueva forma de ver la política en Venezuela, lo cual se ha logrado en el curso de los últimos años.
Hay tres grandes liderazgos: de tipo político, de identidad, que plantea la supremacía de una ideología sobre lo demás; el otro, económico, que busca la sensación de productividad para el bienestar; y en la lucha de estos dos va apareciendo, en el transcurso del tiempo, el social, que no es de identidad, de bienestar, sino de convivencia, es decir, de cómo podemos convivir gente con culturas diferentes en la mejor forma.
