“La pandemia del Covid-19 amerita la activación de protocolos sanitarios urgentes en Venezuela”, así lo aseguró este sábado la diputada a la Asamblea Nacional Adriana Pichardo, quien además denunció la delicada situación que enfrentan los presos comunes y políticos en medio de la pandemia por falta de protocolos sanitarios en las cárceles del país.
“Con condiciones inhumanas, sin alimentos y sin atención médica adecuada, así están los presos. Un caldo de cultivo para que ocurra una tragedia… presos comunes y políticos serán condenados a muerte a menos que se tomen acciones inmediatamente” aseguró la dirigente de Voluntad Popular.
La parlamentaria por el estado Aragua señaló que en el país hay más de 100 mil presos hacinados; una cifra que supera el 350% de la capacidad de los centros de reclusión. Indicó que se desconoce si se están practicando pruebas para descartar la existencia de contagios entre los privados de libertad.
“Más de 300 venezolanos inocentes están secuestrados por el régimen… indefensos contra el coronavirus y desprovistos de los protocolos sanitarios en las vergonzosas y destruidas cárceles venezolanas,” denunció.
Pichardo dijo que, pese a las advertencias que han realizado en el pasado se ha irrespetado el derecho a la vida a todos los presos: “El régimen no ha hecho nada, no tiene disposición para preservar sus vidas. Por el contrario, están aprovechando el confinamiento para detener arbitraria y sistemáticamente a dirigentes políticos, activistas y periodistas”.
Recordó que la Unión Interparlamentaria y la Oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Michelle Bachelet, exigieron la liberación de todos los presos políticos para garantizar el distanciamiento físico necesario y evitar la propagación del Covid-19.
La diputada Pichardo finalizó haciendo un llamado de auxilio a la comunidad internacional para que esté alerta y continúe presionando hasta lograr la libertad de los presos políticos y la entrada de la ayuda humanitaria. “Las cárceles venezolanas representan una muerte colectiva segura”.
