#Opinión: El respeto Por: Rafael Torres

Es un sentimiento que induce a tratar a alguien con deferencia, a causa de su edad, superioridad o mérito: respeto a los mayores. Respeto de las leyes. Miramiento, consideración, atención: faltarle el respeto a uno. Y, respetar es tener respeto por alguien. Tener cuidado con, tratar cuidadosamente, tener en cuenta. Todo lo anterior, según el diccionario Larousse. Es un valor fundamental en la familia, el hogar, en reuniones sociales, en la calle, en el comercio, respeto a la naturaleza es decir, en todas partes debe existir, para evitar inconvenientes mayores y por ser una enseñanza desde pequeño. Ahora bien, podríamos pensar que faltar el respeto es simplemente tener malos modales. Claro, hablar con la boca llena, presentarnos sucios a la escuela o el trabajo.
Sin embargo, significan poco en comparación con las verdaderas faltas de respeto: tocar a alguien sin su consentimiento, y es allí, precisamente, donde se debe poner en su lugar al mal educado, que al mismo tiempo le servirá como una enseñanza más en la vida, no equivocándose. Otra falta sería querer utilizar a los demás como medios para nuestros planes, abusar de quienes están en desventaja, como por ejemplo un anciano, enfermos. Es mejor evitarse los problemas. A veces la mejor forma es seguir las reglas. Pero pensar siempre “debo hacer esto”, “no debo hacer lo otro” es solo el primer paso.
El gran progreso en la búsqueda del respeto no está en la inteligencia, sino en el corazón: el amor a los demás sirve de guía e inspiración para cuidarlos y honrarlos por formar parte de la vida. El valor del respeto se ejerce cuando mostramos aprecio y cuidado por el valor de algo o de alguien. Puede estar dirigido hacia los derechos y la dignidad de las demás personas, hacia nosotros mismos y hacia el entorno natural. Nos ayuda a conservar intacto aquello que más apreciamos en la vida; nos enseña a reconocer aquello que más aprecian los demás. El código universal nos dice: “resulta claro que para esperar un trato correcto, tu debes darlo a los demás”. Respetar a los otros consiste en reconocer su importancia como personas que habitan el mundo y comparten la vida contigo.
Para la vida diaria debemos seguir las reglas de respeto hacia una persona, un grupo o tu comunidad, como respetar a los discapacitados. No debemos aceptar ninguna actitud ofensiva o humillante de nadie. Debemos aprovechar el momento para orientarlo y enseñarlo. Debemos construir, poco a poco, el mundo donde queremos vivir. Aprendamos a ser amables y afectuosos con todo lo que nos rodea. Evitemos equivocaciones. Por el camino del respeto, las dificultades hacen que muchas personas pasen por encima de las reglas y de las demás personas, para conseguir sus fines. Puede creerse que el respeto o falta de respeto que se presentan en el hogar no tienen mayor impacto. Sin embargo, todo comienza allí.
Si respetamos en la casa, estamos generando respeto en el mundo. Nadie, absolutamente nadie debe aceptar ni un detalle de violencia en su hogar, debe haber o imponer reglas o normas de respeto en ese hogar. El respeto es la base de toda convivencia en sociedad. Las leyes y reglamentos establecen las reglas básicas de lo que debemos respetar. Sin embargo, el respeto no es solo hacia las leyes o la actuación de las personas. También tiene que ver con la autoridad como sucede con los hijos y sus padres o los alumnos con sus maestros. “El comportamiento de una persona es el espejo en el que cada uno muestra su verdadera imagen” W.J. Goe.