Ante la cuarentena que vive el mundo por pandemia de Coronavirus, se escuchan las voces de la esperanza. Las hermanas del monasterio Trapense Nuestra Señora de Coromoto ubicado entre Humocaro Bajo y Alto del estado Lara, comparten su mensaje de solidaridad y fe:
«Hay quien dice que esta pandemia es un castigo de Dios, pero Dios es Misericordia y por cierto no olvida de ser Quien ha inmolado a un Hijo sobre una Cruz para declarar su amor infinito a los hombres y desear apasionadamente la salvación de todos sus hijos, creados para ser un día ciudadanos de su Reino.
Por cierto el hombre ha pecado, y su pecado más grande ha sido el de sentirse casi omnipotente gracias a los avances tecnológicos y biológicos de nuestra civilización actual. El hombre ha olvidado su pequeñez, su límite, su pobreza. Pero Dios no olvida que estamos hechos de barro, y es en este barro donde Él penetra constantemente con su presencia eucarística, con su misericordia y con su perdón.
No conocemos el mensaje misterioso de esta dolorosa pandemia, pero es cierto que Dios pide una más intensa adhesión de fe a su divinidad y a todo el misterio de la Encarnacion, pero nos pide también un esfuerzo de mayor solidaridad y fraternidad entre nosotros. Nos pide que se dilate el amor que Él ha puesto en el corazón del hombre con su Santo Espíritu y que este amor abrace a los niños que todo lo esperan de nosotros, a los pobres, a los jóvenes que buscan su vida, a los ancianos que nos han transmitido el sentido y la historia de la existencia humana.
No debemos dejar morir la esperanza, porque el dolor, si es ofrecido a Dios con auténtico abandono a su amor, se transforma siempre en nueva riqueza de vida sana, verdadera, amante.
Que también esta trágica pandemia se transforme en un camino de gracia, en una renovada conciencia de nuestro eterno destino y de nuestra vocación al amor.»
