El papa Francisco celebró la misa del Domingo de Ramos sin público, después de que la ceremonia tradicional en la Plaza de San Pedro fuera suspendida por la pandemia del coronavirus.
Normalmente, decenas de miles de romanos, turistas y peregrinos con palmas y ramas de olivo habrían llenado una misa al aire libre dirigida por el pontífice. En lugar de eso, Francisco dirigía la ceremonia en la Basílica de San Pedro, que parecía aún más grande al verse tan vacía.
Además de sus asistentes estaban presentes unos pocos prelados, monjas y legos invitados, sentados en los primeros bancos y separados para reducir los riesgos de contagio.
Con aspecto reflexivo, Francisco bendijo las palmas tendidas que sostenían los asistentes y después cogió una.
A través de su cuenta de Twitter el sumo pontífice compartío unas palabras junto a un enlace con la homilía de este Domingo de Ramos. «Esto nos deja con la boca abierta: Dios nos salvó dejando que nuestro mal se ensañase con Él. Sin defenderse, sólo con la humildad, la paciencia y la obediencia del siervo, simplemente con la fuerza del amor. #DomingodeRamos
Continuó reflexionando acerca de Jesús: «Jesús experimentó el abandono total, la situación más ajena a Él, para ser solidario con nosotros en todo. Lo hizo por mí, por ti, para decirte: “No temas, no estás solo. Experimenté toda tu desolación para estar siempre a tu lado”. #DomingodeRamos
Hoy, en el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan y con el sentimiento de abandono que nos oprime el corazón “Jesús nos dice a cada uno: “Ánimo, abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene” aseguró el Papa.
El Domingo de Ramos es el inicio solemne de la Semana Santa cristiana que culmina en Pascua, que este año es el 12 de abril. El Vaticano ha anunciado que Francisco oficiará todas las ceremonias tradicionales sin público, cumpliendo con las medidas de cuarentena en Italia y el Vaticano para contener el contagio de COVID-19, la enfermedad que produce el virus.
Uno de los elementos habituales es la procesión del Via Crucis el Viernes Santo. Este año, en lugar de la procesión tradicional en el Coliseo de Roma, el papa liderará la procesión en la Plaza de San Pedro.
El Vaticano ha reportado siete casos de COVID-19 entre los residentes o empleados del pequeños estado independiente.