En medio del obligado aislamiento de miles de personas en todo el mundo, por causa de la pandemia de coronavirus, se ha marchado a los 81 años de edad el cantante y actor norteamericano Kenny Rogers. Un icono de la música country de Estados Unidos donde nace en la ciudad sureña de Houston el 31 de agosto de 1938.
Rogers es un exitoso cantante no solo del country con 3 premios Grammy sino también de jazz, blue, folk, balada cultivados en el sur de EEUU. Todos caracterizados por el signo de la tristeza muy propio del romanticismo que mueve a la música de los negros que habitaron esa región atravesada por el esclavismo.
Sus principales éxitos disqueros son: Lady, Lucille o en the Stream que lo convirtieron en un millonario del canto y la música ocupando decenas de veces el primer lugar de las carteleras. Pero sin duda Lady es el tema que lo consagra como una superestrella de este género.Como actor destacó en la serie televisiva Gambler donde también interpretaba sus canciones.
El melancólico country
El melancólico country es de origen europeo, sobre todo de Irlanda desde donde saltó el océano para establecerse en esa parte de EEUU. Originalmente su acompañamiento se hacía con instrumentos de cuerda para luego evolucionar a los niveles actuales con la incorporación de la guitarra eléctrica. Su surgimiento ocurre en los años 20 del siglo XX en EE.UU para evolucionar y fusionarse a otros ritmos, entre estos la balada.Una música matizada por lo espiritual y religioso.
En esa corriente artística emprende su búsqueda este hombre de barba plateada con semblante patriarcal. Tanía a su favor ser dueño de una voz ronca con magistral dominio de la cuadratura, un tono triste y ritmo sosegado cónsono con las características del género. Un estilo casi impoluto sobre todo en el tema Lady con cierto aire de solemnidad en un templo. Cuando canta lo que hace es musitar al oído similar a Olivia Newton Jhon en Completamente enamorada de ti y Frank Sinatra en A mi manera. Por ello sus canciones se disfrutan sin desperdicio alguno dada su apertura al espíritu. Su arte musical es un remanso de tranquilidad a veces más lento que un bolero. Pero,con una contagiosa belleza vocal e instrumental que tocan las fibras más íntimas del espectador.
Ser original
En su decisión de dedicarse al canto es motivado por el padre que lo inspira y empuja a seguir una carrera en este competido y exigente arte. Máxime en un país como EEUU. donde cada quien debe demostrar con los hechos lo que dice saber o para lo que estudió.Ello, aunque exhiba un título académico. Por esa prueba pasa Rogers y la supera con creces cada vez que se montaba en una tarima a interpretar su arte del country.
Vivir 81 años tal vez cronológicamente sea mucho, pero lo más importante es saberlos vivir con intensidad como es su caso. Rogers vivió su proyecto existencial con intensa creatividad, consciencia e inteligencia transformadoras.
En ese sentido pensaba que: “O haces lo que todos los demás están haciendo y lo haces mejor, o haces lo que nadie más está haciendo y no invitas a la comparación. Y elegí eso (el country) porque nunca sería mejor que Jonhnny Cash, Willie Nelson o Waylon Jennings en lo que hicieron. Así que escogí algo que podía hacer que no invitaba a la comparación con ellos”.Se trata de alguien al margen de la mundanal mediocridad.
Marcado por la posmodernidad
Rogers es un artista de la posguerra y la posmodernidad que los cambios culturales, científicos, técnicos, económicos, políticos, religiosos y filosóficos trajeron al mundo. Todo en respuesta a más de cinco siglos de la mundialización del hombre tras el Renacimiento, entre cuyas expresiones tenemos los viajes interoceánicos, los nuevos estados nacionales y el capitalismo mercantil.
Su incursión en este arte ocurre en la primera mitad de la década de 1950 junto a la aparición del rock con Elvys Presley y el actor James Dean protagonista de la célebre película Rebelde sin Causa. Hechos resaltantes de una época a la búsqueda en lo cultural de nuevas formas de vida y en lo científico del inicio de la carrera espacial que en julio de 1969 lleva al hombre a posarse en la Luna.
Esos movimientos formaron parte de la subcultura en EE.UU por su cuestionamiento al estatus. Pero en Rogers no era exactamente un elemento protestario o disidente pues para serlo se requiere concebir y practicar la cultura como una negación de la sociedad que lo genera. Pero Rogers estaba muy alejado de esa manera radical de pensar.
Filosofía de vida
Este artista del canto y la música desarrolla una forma de filosofía práctica en su diario quehacer, la relación con sus semejantes y la sociedad.
Era un hombre poco apegado a los placeres mundanos con las apetencias materiales que el dinero genera.Un ser desprendido del dinero que puso en práctica diversas obras filantrópicas a favor de los desheredados.
Este asumió la vida con un sentido de filosofía a veces necesario para transformar el mundo o también disfrutarlo con principios y valores que hacen al hombre mejor persona.
Era un convencido de que la vida del hombre es finita y que irremediablemente le espera la muerte.De esa forma en una oportunidad se le escuchó afirmar filosóficamente: “Tengo muy poco tiempo para llegar a la eternidad”.Pero se cuenta entre los afortunados que lo lograron.
El viernes 20 de marzo de este raro año 2020, Kenny Rogers se despidió de estos parajes terrenales cubierto por la satisfacción de trascender en la vida con una obra.Un virtuoso del country, esa expresión musical que por más de 60 años cultivó con la vehemencia que en la infancia le indicara su padre.
Freddy Torrealba Z