La vida de un paciente renal depende de los tratamientos de diálisis a los que debe someterse, como mínimo, tres veces por semana durante cuatro horas cada sesión.
En ese tiempo, la máquina de diálisis hace el trabajo que sus riñones no pueden, limpia la sangre y elimina el líquido acumulado en el cuerpo. Sin embargo, la falta de transporte a consecuencia de la cuarentena social por el nuevo coronavirus en Venezuela, ha provocado en tan solo una semana que al menos el 30 por ciento de estas personas en Lara, no haya llegado a la unidad donde se realiza la diálisis.
Este porcentaje es la estimación que hace la señora Carmen Padilla, quien es paciente renal y a diario recopila información de sus compañeros, muchos de los cuales han faltado a una o dos de las tres sesiones que debieron hacerse durante los últimos ocho días. Además de eso, los que sí han logrado llegar, cuenta Padilla, no han podido tener las horas completas de tratamiento, (que ya venía siendo de tres horas), puesto que la dificultad de transporte también afecta al personal médico de las unidades de diálisis.
“No tenemos gasolina y tampoco la hay para el personal de las unidades de diálisis. Algunos pacientes que sí han podido llenar su tanque, le han dado la cola a uno que otro médico o enfermera, pero no todos corren con la misma suerte”, expuso Padilla, quien recalcó que, como el personal no puede llegar a tiempo para iniciar la jornada, afecta directamente el tiempo de tratamiento para todos los pacientes y la jornada inicia pasadas las 8 de la mañana, cuando en condiciones normales a las 6:30 a.m. ya hay personas conectadas a las máquinas.
Transbarca que ofreció la gobernación está ausente
La Gobernación de Lara anunció el sábado que se pondría a disposición de los pacientes crónicos una ruta especial para llevarlos desde sus sectores hasta las unidades de diálisis respectivas, en virtud de la falta de gasolina en la entidad.
No obstante, éstos pacientes han denunciado que tal ruta no ha sido efectiva hasta la fecha de este reporte, y solo han visto las unidades de Transbarca que hacen la ruta para médicos y enfermeras de otros centros de salud que no son las unidades de diálisis.
De hecho, tanto pacientes, como personal médico, han tenido que caminar largas distancias para poder llegar a las unidades de diálisis.
Dada esta preocupante situación, los enfermos crónicos hicieron una protesta silenciosa a través de plataformas digitales, en la que denuncian la falta de transporte y gasolina para asistir a sus tratamientos.
Pacientes trasplantados y diabéticos en riesgo
Otra de las situaciones que preocupa a los enfermos crónicos en este distanciamiento social, es la nula entrega de medicinas como Tracolimus (para no rechazar trasplante de riñón) e insulina Lantus (para los diabéticos). Ambos son medicamentos de alto costo, los cuales les corresponde recibir a través del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS), pero que no han recibido al menos por lo que va de año.
Jacqueline Pérez, quien tiene trasplante de riñón, denunció a Elimpulso.com que le queda Tracolimus para una semana, por lo que se siente amenazada y está en riesgo de perder su trasplante riñón.Hace siete meses que no recibe esta medicina de parte de la secretaría de Salud en Lara. En la misma situación de riesgo por su salud está Luisabeth Pernalete y otros pacientes insulinodependientes, pues la Lantus, hasta ayer, tenía un costo de 2.900.000 bolívares en farmacias.
Todo esto sucede mientras los pacientes crónicos no tienen absoluta respuesta o acompañamiento por parte de las autoridades de salud de Lara, pese a que Carmen Meléndez asegura diariamente que estas personas, al menos en Barquisimeto, están debidamente atendidas