Para los habitantes de la populosa comunidad de Prados Verdes, situada en La Piedad, municipio Palavecino, el regalo de Año Nuevo más apreciado, sería la llegada de las viviendas prometidas en los tres censos efectuados por la Gran Misión Vivienda hace algo más de seis meses.
Lauri Medina, vecina de la localidad, indica que en la primera etapa solamente habitan 27 familias, “pero son seis etapas en total que no cuentan con ningún servicio”.
-Tenemos en el terreno más de tres años, y a pesar que fue una invasión ya contamos con la anuencia del INTI, lo cual nos permitirá la constitución del consejo comunal y posterior los respectivos títulos supletorios, afirma Medina.
Agregó que las planillas de los tres censos de la Gran Misión Vivienda están en la sede central de ese organismo.
-Nuestras solicitudes están en Pdvsa-La Campiña, en Caracas y Fundacomunal, por eso no perdemos la esperanza que para el 2013, comiencen a ejecutar las casas, señala.
Tomas clandestinas
Una de las limitantes de los habitantes de Prados Verdes, primera etapa, es el alumbrado público y el sistema de electricidad para la cada “rancho” de la comunidad.
-Al registrar el consejo comunal nos toca sacar los títulos supletorios para que Corpoelec nos diseñe y ejecute el proyecto de electrificación, apunta.
Pero mientras eso ocurre, en Prados Verdes los residentes deben conformarse con las enmarañadas tomas clandestinas desde un poste cercano hasta cada una de las viviendas.
Igualmente se “pegan” de la aducción matriz de agua potable que surte a La Piedad, con la salvedad que el servicio es interdiario y debido a la población beneficiada, el líquido llega a chorritos y por cortas horas, lo cual obliga a los vecinos a almacenar el líquido vital en pipas y tanques.
Sin derecho a cloacas ni aseo
Medina sostiene que en la mayoría de las viviendas se han construido pozos sépticos por cuanto carecen de una red de aguas servidas y sólo unas pocas familias, que colindan con las últimas calles de La Piedad, lograron conectarse con la tubería de aguas negras.
-Otras familias, sin recursos o limitadas por el espacio, se ven en la obligación de descargar las aguas (grises) a la vía pública, comenta.
Esta insana práctica ha generado mayores problemas, pues los niños han padecido múltiples enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, el sistema digestivo y la piel.
Aunado al problema de la descarga de aguas servidas, destaca la acumulación de desechos sólidos en la comunidad, esto por el deficiente servicio de recolección.
Los vecinos alegan que el aseo urbano es un servicio exclusivo de la zona residencial, “porque como no pagamos luz, tampoco aseo, no tenemos derecho a este importante servicio”.
Fotos: Luis Alberto Perozo Padua