El presidente de China visitó el martes el epicentro del brote global de un nuevo coronavirus, mientras Italia puso en marcha una prohibición de viajes que afecta a todo el país y el mundo se preparaba para una posible recesión económica.
Xi Jinping acudió a Wuhan, donde apareció el virus en diciembre, por primera vez desde el inicio del brote, mientras parte de China regresaba a la normalidad, un indicio de que la amenaza que supone el COVID-19, la enfermedad causada por el coronavirus, está disminuyendo en la nación a medida que se extiende hacia occidente.
Esto era evidente en Italia, donde las restricciones de viaje que antes se limitaban al norte, se ampliaron a todo el territorio desde el martes y soldados y policías velaban por su cumplimiento. En total, el país tenía 9.172 infectados y 463 fallecidos, y había una creciente sensación de que las cifras empeorarán.
“Estamos apenas en el principio”, dijo el doctor Massimo Galli, responsable del departamento de enfermedades infecciosas del hospital Sacco de Milán. En la principal estación de tren de la ciudad, los viajeros debían firmar documentos acreditando la necesidad de su viaje.
Los brotes en Francia, España y Alemania empeoraron y el temor crecía en Estados Unidos, donde hay más de 750 infectados, y algunos políticos estaban en cuarentena.
En la mayoría de los pacientes, el coronavirus provoca síntomas leves o moderados, incluyendo fiebre y tos, pero puede derivar en una enfermedad más grave, como una neumonía, especialmente en ancianos y gente con patologías previas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los casos leves tardan unas dos semanas en recuperarse, y los pacientes más graves entre tres y seis. En la China continental, casi tres cuartas partes de los más de 80.000 casos confirmados se han recuperado.
Sin embargo, el coronavirus ha sacudido los mercados bursátiles en todo el mundo: las acciones en Wall Street sufrieron su peor caída en una única jornada desde 2008 y los precios del petróleo encajaron las peores pérdidas desde el inicio de la Guerra del Golfo en 1991.
Aunque las bolsas asiáticas tuvieron ligeras ganancias el martes, había un gran temor a una recesión económica.
“Ahora mismo, hay un pánico total”, dijo Phil Flynn, de Price Futures Group.
La visita de Xi a Wuhan coincidió con una jornada en la que se registraron apenas 19 nuevos casos. El presidente acudió a un hospital de rápida construcción, visitó a pacientes y animó al personal a “reafirmar la confianza en la derrota de la epidemia”, señaló la agencia noticiosa estatal Xinhua. Después visitó a residentes en cuarentena en sus casas, agregó la agencia.
En Italia, las nuevas restricciones se mantendrán hasta el 3 de abril y quienes las violen se enfrentarán a hasta tres meses de cárcel o multas de 206 euros (225 dólares). Las escuelas y universidades seguirán cerradas y los pubs, restaurantes y cafeterías deben cerrar al atardecer.
“Nuestros hábitos deben cambiar (..) ahora”, dijo el primer ministro, Giuseppe Conte.
El nuevo coronavirus mató a 54 personas más en Irán, dijeron las autoridades el martes, elevando a 291 la cifra de víctimas mortales en la república islámica, que ha reportado 8.042 casos en total.
En Estados Unidos, el presidente Donald Trump tenía previsto anunciar propuestas el martes para frenar las consecuencias derivadas del brote. En el país hay más de 600 contagiados y 26 fallecidos. El crucero Grand Princess atracó en Oakland, California, para que sus pasajeros comiencen una cuarentena de 14 días en suelo estadounidense o en sus naciones de origen; al menos 21 personas a bordo están infectadas.
Más de 114.000 personas han contraído el virus en unos 100 países. Pero las medidas cada vez más firmes de Italia para contenerlo sirven de advertencia. “La amenaza de una pandemia se ha hecho muy real”, dijo el presidente de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
Los últimos casos se reportaron en Panamá y Mongolia, que limita con China.